Estados Unidos se negó a la petición de México de una investigación científica conjunta sobre el impacto del maíz transgénico en la salud, afirmó el subsecretario de Agricultura (Sader), Víctor Suárez, en una señal de que ambos socios podrían estar acercándose a una disputa comercial formal.
México ha pedido en repetidas ocasiones a Estados Unidos que trabajen juntos en estudios científicos sobre el tema, en medio de una disputa por los planes del País de limitar el uso de maíz genéticamente modificado, del que compra anualmente unos 5 mil millones de dólares, la mayor parte grano amarillo para alimento de ganado.
Estados Unidos, sin embargo, rechazó esta petición y dejó claro que no participará en nuevos estudios científicos con México, señaló el funcionario mexicano en entrevista con Reuters.
Los dos países discutieron la petición de México incluso durante una visita del Secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack y en charlas en Washington, dijo Suárez.
“No quisieron poner un periodo en que las dos partes se pusieran de acuerdo para hacer estudios de impacto a la salud animal y a la salud humana”, expuso Suárez durante la entrevista en su oficina en Ciudad de México.
“Ellos deciden qué necesitamos producir en México y qué necesitamos comer en México; eso es soberbia”, consideró. “¿Su ciencia es palabra de Dios? Eso no es ciencia, eso es ideología”, subrayó.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos remitió a Reuters a comentarios anteriores de Vilsack en los que afirmaba que su país “discrepa fundamentalmente” de la postura que México ha adoptado en el tema de la biotecnología.
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México quiere prohibir definitivamente el maíz transgénico en la tortilla, alimento básico en la dieta de los mexicanos elaborado con maíz blanco y, eventualmente, sustituir el maíz amarillo transgénico de consumo animal, argumentando que el grano biotecnológico perjudica las variedades nativas y puede tener efectos adversos para la salud.
Estados Unidos ha argumentado, por su parte, que el plan de México no tiene base científica y perjudicará a los agricultores estadounidenses.
A inicios de junio, Washington solicitó consultas de solución de controversias en el marco del tratado comercial de América del Norte, T-MEC. Si ambas partes no resuelven el conflicto en un plazo de 75 días, Estados Unidos puede solicitar un panel para que decida el caso. Días más tarde, Canadá se sumó a las consultas.
Suárez consideró que Estados Unidos no tiene “materia” para sustentar un panel, pero que México estaría listo.
“Si ellos establecen el panel nosotros nos defenderemos y si nos defendemos es que pensamos que vamos a ganar”, consideró Suárez añadiendo que la política de México no tiene impacto comercial en Estados Unidos.
La autoridad estimó que al cierre del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en la segunda mitad de 2024, podría sustituirse entre un 10 y 15 por ciento de las compras al exterior.