Reuters.- El sindicato United Auto Workers (UAW) determinó ampliar sus huelgas contra los fabricantes de automóviles General Motors (GM) y Stellantis a 38 localidades en 20 entidades de Estados Unidos.
Ford se libró de huelgas adicionales porque la empresa cumplió con algunas de las demandas del sindicato durante las negociaciones de la semana pasada, dijo el presidente de UAW, Shawn Fain.
La huelga, que lleva una semana, pide aumentos de salarios, una semana laboral más breve y otras prestaciones.
Fain había advertido que más de los 146 mil miembros del sindicato que trabajan en “las Tres de Detroit” se unirán a ellos si no se alcanzaban nuevos acuerdos.
Los analistas esperaban que cualquier huelga más amplia incluyera las plantas que fabrican camionetas Chevy Silverado, de GM, y Ram, de Stellantis.
Fain informó días atrás que llamará a la huelga en otras plantas a menos que haya avances considerables en las negociaciones contractuales con los fabricantes. Las negociaciones continuaron el jueves, aunque ninguna de las partes reportó avances importantes, y se mantenían las grandes diferencias en cuanto a los aumentos salariales.
Hasta el momento, la huelga abarca a 13 mil de los 146 mil afiliados al sindicato. Las empresas han despedido a varios miles, ya que las fábricas, afirman, carecen de autopartes debido a la huelga.
Con todo, aún no se sienten los efectos en los lotes de los concesionarios -probablemente pasarán varias semanas antes que la huelga provoque una escasez considerable de vehículos nuevos. No obstante, los precios podrían aumentar antes, si la perspectiva de una huelga prolongada provoca compras de pánico.
Las demandas de los sindicatos
El sindicato pide aumentos salariales de 36 por ciento a lo largo de cuatro años, el fin de escalas salariales más bajas para los trabajadores de ingreso reciente y, lo más audaz, una semana laboral de 32 horas con pago de 40 horas. Las empresas señalan que no pueden ceder a los reclamos del sindicato a pesar de sus enormes ganancias porque necesitan invertir en la transformación a vehículos eléctricos.
El sindicato también quiere poner fin a una estructura salarial escalonada que, en su opinión, ha creado una gran brecha entre los empleados más nuevos y los más veteranos.
La decisión del viernes es crucial para Fain, que ganó una elección por estrecho margen en marzo y destronó al entonces presidente del sindicato. Ha aplicado una estrategia inusual de negociar simultáneamente con las tres grandes automotrices de Detroit.
El enfrentamiento está alimentando la preocupación por una acción industrial prolongada que podría interrumpir la producción, extenderse por la cadena de suministro y afectar al crecimiento económico de Estados Unidos.