Reuters.- El Papa Francisco advirtió el miércoles contra los peligros “perversos” de la inteligencia artificial, reconociendo que fue víctima de una foto trucada y renovando un llamado a su regulación mundial para aprovecharla para el bien común.
Francisco habló de sus temores y esperanzas respecto a la IA en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de la Iglesia Católica, que se celebrará en todo el mundo el 12 de mayo.
Aunque instó a la gente a “dejar de lado temporalmente las predicciones catastróficas y sus efectos adormecedores” sobre las novedades, su mensaje de tres páginas fue sobre todo pesimista, advirtiendo de la “contaminación cognitiva” que puede distorsionar la realidad, promover falsas narrativas y aprisionar a la gente en cámaras de eco ideológico.
“No tenemos más que pensar en el viejo problema de la desinformación en forma de noticias falsas, que hoy puede emplear ‘deepfakes’, es decir, la creación y difusión de imágenes que parecen perfectamente verosímiles pero falsas; yo también he sido objeto de ello”, escribió Francisco.
El Papa Francisco pide que la IA sea regulada
Al parecer, se refería a una imagen falsa suya que se hizo viral en las redes sociales el año pasado. En ella aparecía con un abrigo blanco que le llegaba hasta los tobillos, publicado por alguien que había utilizado un programa de generación de imágenes.
Francisco también habló de falsos “mensajes de audio que utilizan la voz de una persona para decir cosas que esa persona nunca dijo”, agregando que “la tecnología de la simulación que hay detrás de estos programas puede ser útil en algunos campos específicos, pero se vuelve perversa cuando distorsiona nuestra relación con los demás y con la realidad”.
El pontífice renovó su llamamiento del mes pasado en favor de un tratado internacional jurídicamente vinculante para regular la IA.
En el mensaje del miércoles habló de las “patologías asociadas” a la IA, como la disminución del pluralismo y la proliferación del “pensamiento de grupo”, en el que se adoptan posturas consensuadas sin tener en cuenta las críticas externas o las alternativas.