Reuters.- Elon Musk, consejero delegado de Tesla, afirmó el miércoles que los fabricantes chinos de automóviles “demolerán” a sus rivales mundiales sin barreras comerciales, unos comentarios que ponen de manifiesto la presión a la que se enfrenta el líder del mercado estadounidense de vehículos eléctricos por parte de empresas como BYD.
Las declaraciones de Musk se producen después de que BYD, respaldada por Warren Buffett —con sus modelos más baratos y una gama más variada—, superara a Tesla como la empresa de vehículos eléctricos más vendida del mundo el trimestre pasado, a pesar de los recortes de precios del fabricante estadounidense.
Las empresas automovilísticas chinas fueron las “más competitivas” y “tendrán un éxito significativo fuera de China, dependiendo de qué tipo de aranceles o barreras comerciales se establezcan”, dijo Musk en una llamada posterior a los resultados con analistas el miércoles.
“Si no se establecen barreras comerciales, prácticamente demolerán a la mayoría de las otras compañías de automóviles del mundo”, dijo. “Son extremadamente buenos”.
Musk tiene motivos para estar preocupado
El año pasado desencadenó una guerra de precios para atraer a los consumidores afectados por los elevados costes de los préstamos, lo que a su vez redujo los márgenes de Tesla y preocupó a los inversores. El miércoles, Musk advirtió de que Tesla estaba alcanzando “el límite natural de reducción de costes” con su gama actual.
Tesla planea empezar a producir un “crossover” compacto más barato para el mercado de masas, cuyo nombre en clave es “Redwood”, a mediados de 2025, para competir con rivales de bajo coste, según informó Reuters el martes. Musk confirmó el miércoles que Tesla espera iniciar la producción de su próxima generación de vehículos eléctricos en su fábrica de Texas en la segunda mitad de 2025.
Sin embargo, los fabricantes chinos de vehículos eléctricos, expertos en mantener los costes bajo control con una cadena de suministro estable, se están moviendo con rapidez. Con el aumento de la competencia y el exceso de capacidad en China, muchos están trabajando ahora en la rápida expansión en el extranjero después de que años de subsidios estatales ayudaran a impulsar las ventas nacionales.
Aun así, el conocimiento de la marca de las empresas automovilísticas chinas en Estados Unidos es muy bajo y su fiabilidad, durabilidad y seguridad son mediocres, según Spencer Imel, socio de la empresa de análisis del consumidor Lansgton, por lo que tienen un largo camino por recorrer para ganar cuota de mercado en Estados Unidos.
Más que aranceles, EEUU y Europa necesitan políticas que den a sus fabricantes de automóviles el tiempo necesario para construir una cadena de suministro diversificada, dijo Ross Gregory, socio de la consultora New Electric Partners, con sede en Melbourne.