Reuters.- Boeing Co tiene “mucho que demostrar” para recuperar la confianza de reguladores y clientes tras el reventón de un panel de cabina en pleno vuelo en un 737 MAX, dijo el miércoles su presidente ejecutivo, Dave Calhoun, añadiendo que la compañía “irá despacio”, pues se enfrenta a un “serio desafío”.
Como era de esperar, Calhoun no ofreció una previsión financiera o de entregas para 2024, afirmando que la compañía debe centrarse en fabricar aviones de calidad.
“No apresuraremos el sistema y nos tomaremos nuestro tiempo para hacerlo bien”, dijo Calhoun en una carta a los empleados, al tiempo que expresó su confianza en la recuperación de Boeing BA.N de la crisis actual.
El accidente de un avión MAX 9 operado por Alaska Airlines este mes se ha convertido en una crisis de seguridad y de reputación para el emblemático fabricante de aviones, lo que podría provocar una ralentización de la producción de aviones y la pérdida de más cuota de mercado de fuselaje estrecho en favor de Airbus.
Boeing informó el miércoles que sus 737 se están produciendo a un ritmo previamente perfilado de 38 al mes, un nivel que planea mantener después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) le prohibiera elevar la producción, al tiempo que aumentó su supervisión.
El ritmo de producción del 787 se situó en cinco al mes, según Boeing, que añadió que también había reanudado la producción del 777X durante el cuarto trimestre.
La crisis histórica que Boeing debe contrarrestar en 2024
Aumentar la producción de los 737 MAX es crucial para la recuperación de Boeing de una crisis de seguridad previa derivada de dos accidentes mortales en 2018 y 2019 y el posterior desplome generado por la pandemia de COVID-19.
“Hemos dado pasos significativos en los últimos años para fortalecer nuestros procesos de seguridad y calidad, pero este accidente (de Alaska Air) deja absolutamente claro que tenemos más trabajo por hacer”, dijo Calhoun, en medio de una creciente presión sobre los altos mandos de la compañía.
En el cuarto trimestre, Boeing registró una pérdida ajustada por acción de 47 céntimos, frente a 1,75 dólares de hace un año. Los ingresos aumentaron un 10%, a 22.000 millones de dólares.
El flujo de caja libre trimestral descendió a 2.950 millones de dólares, frente a 3.130 millones. El debilitado negocio de defensa de la empresa también registró pérdidas de 139 millones de dólares en programas de desarrollo a precio fijo.
Las acciones subían levemente en las operaciones previas a la apertura de los mercados estadounidenses.
En su comunicado de resultados, Boeing no actualizó sus previsiones de flujo de caja ni de producción de MAX para 2025-26, en medio de las persistentes dudas del sector sobre si la firma podrá alcanzar esos objetivos tras la decisión sin precedentes de la FAA.