El índice que mide la formación bruta de capital fijo, también conocido como inversión fija, tuvo un crecimiento de 19.7% durante 2023. Esto de acuerdo con los datos difundidos por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Vale la pena mencionar que este crecimiento se concentró, sobre todo, en el primer semestre del año. Sobre todo, porque duplicó el avance de 8% del 2022, cuando la inversión física todavía no conseguía recuperarse de las caídas que sufrió en 2019 y 2020.
De hecho, la caída de 2019 a 4.6% coincidió con el nerviosismo que generó la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en Texcoco, Estado de México.
Por otro lado, en 2020, la inversión fija se ubicó en 17.7% como reflejo de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, la caída también sucedió mientras cambiaban las reglas del juego en áreas como la energía, en donde el gobierno detuvo la instrumentación de la reforma constitucional del 2013, con el propósito de devolverle mercado a las empresas estatales.
Crecimiento de la inversión fija en 2023
Hasta ahora, con su desempeño en 2013, la inversión fija no solo rebasó el nivel con el que empezó el sexenio, sino también quedó 11% por arriba del registro del 2016, año en el que se tenía registrado el máximo histórico hasta la fecha.
Cabe señalar que este crecimiento de la inversión fija obedece al interés que ha despertado el nearshoring, así como la construcción de obras públicas insignia.
Asimismo, el entusiasmo por las ventajas de México en la reconfiguración de las cadenas globales de valor hizo que, durante los últimos dos años, pero marcadamente en el 2023, la inversión física tuviera un dramático crecimiento.
Crecimiento desagregado
Este salto reflejó, casi por igual, la dinámica de los dos grandes componentes del gasto en capital fijo: el que se destina a maquinaria y equipo y el dirigido a la construcción.
A este respecto, el gasto destinado a maquinaria y equipo se expandió 18.5%. A su interior la mayor influencia fue la de la maquinaria y equipo importado, que creció 21.6%
De hecho, el mayor gasto en bienes de capital ocurrió ante la expectativa de que llegue nueva capacidad productiva que se está relocalizando desde Asia para fortalecer las cadenas de valor en América del Norte.
Por otro lado, la inversión en construcción subió 20.8%, con un marcado acento en el renglón de obras del segmento no residencial, que creció 39.2%, sobrepasando el avance de 1.8% en el rubro de obras residenciales.
Sobre todo, destaca el impulso de la inversión pública en algunas de las obras insignia del actual gobierno, como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el Tren Interurbano México-Toluca o la ampliación del Tren Suburbano al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
