En México, durante el sexenio que está por terminar se ha vivido una verdadera crisis haitacional. Esto se debe a que tan solo en 2022, en promedio, los mexicanos debían destinar 62 veces el total de su ingreso trimestral para adquirir una casa o departamento
De acuerdo con el documento Diagnóstico del Sector Vivienda, elaborado por el Comité Operativo de Seguimiento de Políticas Públicas y Programas del Consejo Nacional de Vivienda, en el 2022, el valor promedio de una vivienda era de 1.5 millones de pesos. En tanto, el ingreso promedio trimestral monetario por persona alcanzaba los 24,414 pesos.
Sin embargo, la escasez de unidades dentro de los inventarios provocó un aumento desproporcionado en el valor de las propiedades residenciales. Esta situación provocó que se complicara aún más el acceso a una vivienda digna.
Cabe señalar que, el registro habitacional en México disminuyó 24.45% entre 2019 y 2022, al pasar de 189,042 a 142,836 unidades, respectivamente, según datos del Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda (SNIIV).
En cuanto a 2023, el registro era de 151,779 unidades; por lo que la oferta habitacional no ha logrado recuperarse a los niveles prepandemia.
Evaluación habitacional del Coneval
Ante esta crisis habitacional, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) realizó un análisis para identificar los avances y resultados obtenidos, de acuerdo con los objetivos planteados en el Plan Nacional de Vivienda (PNV) 2021-2024 del gobierno federal.
De acuerdo con la dependencia, en el 2021 se hallaron siete programas relevantes para el acceso efectivo al derecho a la vivienda adecuada. Esto implica que poco menos de 6% de los 122 programas sociales que operaban en ese año, contribuyeron a este derecho.
Además, recalcó que los trabajos realizados por la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) y del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) no se encuentran articulados con la academia, lo que limita su difusión e impacto social.
Incluso, recordó que es necesario promover correctamente el acceso al suelo. “Esto pone de relieve que no se trata únicamente de construir viviendas, sino también de garantizar la disponibilidad de suelos aptos para ello”.
Por otro lado, el análisis reconoció que, a pesar de la existencia de mecanismos de prevención, aún hay desafíos pendientes en la coordinación y revisión de políticas en todos los niveles de gobierno, para abordar aspectos claves como la transparencia en la asignación de recursos y programas. Así como en la rendición de cuentas de los organismos involucrados.
En conclusión, para el Coneval, el PNV 2021-2024 muestra avances significativos en la implementación de acciones, pero aún existen áreas de oportunidad. Esto debido a que hace falta reconocer que resulta fundamental conocer la oferta de suelo, de infraestructuras y servicios, de financiamiento y de vivienda asequible.
Pero, sobre todo, que responda a los criterios de vivienda adecuada y que sean el punto de partida de la Ley Nacional de Vivienda.