En 1919, los hermanos Francisco y Raymundo González fundaron la fábrica de chocolates La Azteca. En 1944, esta empresa comenzó la producción de Carlos V, un producto que desde sus inicios buscó distinguirse del resto de los chocolates de mesa con materias primas de mayor calidad y leche en polvo.
El nombre fue elegido en homenaje al emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, quien habría recibido los primeros granos de cacao en 1528 provenientes de México, país que inició el cultivo de dicha fruta.
Estos fueron los orígenes de la marca más antigua de chocolate en México, que al paso de los años se consolidó como la más popular en el país y que hoy reporta una venta promedio diaria de un millón de barras. Su actual dueño, el gigante suizo Nestlé, prepara una magna celebración de la icónica firma de chocolates que si bien cambio de traje, mantiene toda su esencia y está por estrenar una nueva imagen.
Ricardo Bassani, vicepresidente de Chocolates y Confites de Nestlé México, detalló que en los últimos tres años la tasa de crecimiento de las ventas de Carlos V fue en promedio de 14%, y este año podría subir hasta 20% gracias a las diversas promociones y ediciones especiales de la festejada marca que cuenta con siete categorías como chocolate en polvo, helados, y chocogalletas, entre otros.
La fórmula que ha mantenido a Carlos V como el rey de los chocolates
¿Pero cómo se logra mantener una marca vigente después de 80 años? “El producto tiene que ser el mismo que conquistó a las generaciones anteriores, con su mismo perfil, con su mismo sabor. Esto no significa que en términos de innovación y comunicación no podamos entrar a otros territorios”, explicó el ejecutivo con más de 20 años de trayectoria en Nestlé, uno de los 10 principales productores de chocolates en el mundo.
Bassani sostuvo que en su estrategia se cambió la ecuación al pasar de una narrativa centrada en el principio “Rey de los chocolates” para trasladarla al consumidor, empoderarlo en su toma decisiones y acompañarlo con diversos tipos de chocolates, por ejemplo, semiamargo, relleno o sin azúcar.
Una de las presentaciones que prepara Nestlé es un estuche con ocho chocolates, que es un recorrido histórico mediante las etiquetas utilizadas y que además contiene datos sobre el periodo en que se utilizaron cada una de las presentaciones.
Carlos V se produce en la planta de Nestlé que se localiza en Toluca, Estado de México, para cubrir no sólo la demanda local, sino también las exportaciones que en su gran mayoría se envían a Estados Unidos. Todos los insumos son nacionales y en especial el cacao, un cultivo que Nestlé apoya mediante la iniciativa Cocoa Plan que consiste en asistencia técnica y capacitación en prácticas de agricultura sustentable en Tabasco y Chiapas, los principales estados productores; y la distribución de más de 1.6 millones de plantas para ayudar a mejorar la productividad de las plantaciones y la calidad de vida de los agricultores.
Las perspectivas del chocolate en México son suculentas, por el bajo consumo que prevalece con apenas 700 gramos per cápita por año, cuando en países como Suiza, que ocupa el primer lugar mundial, el consumo es de 8.8 kilos, y en Estados Unidos supera los 4 kilos anuales. Para este año, la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares (Aschoco) espera que el sector de chocolates y confitería crezca hasta 10% y sume 20,000 millones de pesos. La tasa es el doble de la proyección del mercado mundial de chocolate, según el banco de datos Statista que estima para este año un valor de 254,000 millones de dólares.