El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que establecerá una nueva estrategia de colaboración con México enfocada en la exploración de oportunidades dentro de la cadena de suministro de semiconductores.
Esta iniciativa surge en respuesta a la creciente necesidad de diversificar el suministro global de semiconductores y reducir la dependencia de Estados Unidos en el mercado asiático, particularmente de países como China y Taiwán.
El comunicado oficial destacó la intención de crear una cadena de suministro de semiconductores que sea más resistente, segura y sostenible. Esta asociación estratégica entre Estados Unidos y México tiene como objetivo no solo fortalecer la economía de ambos países, sino también promover la estabilidad y la seguridad en el suministro de componentes clave para una amplia gama de industrias, desde la electrónica de consumo hasta la tecnología militar.
México busca más inversiones del mercado de chips
A pesar del anuncio, la Secretaría de Economía de México aún no ha emitido comentarios, ya que el país está observando un feriado religioso por Semana Santa. Sin embargo, se espera que esta colaboración marque un hito significativo en la relación entre ambas naciones, especialmente en el contexto de los recientes desafíos en el suministro de semiconductores a nivel global.
La decisión de Estados Unidos y México de unirse para abordar esta cuestión crítica llega después de que China bloqueara el uso de chips de importantes empresas estadounidenses, como Intel y AMD, en computadoras personales y servidores gubernamentales. Este movimiento subraya la urgencia de fortalecer la capacidad de producción de semiconductores fuera de Asia y diversificar las fuentes de suministro.
Por su parte, el Gobierno mexicano ha estado trabajando activamente para atraer inversiones de empresas productoras de semiconductores, como parte de su proyecto emblemático liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Proyectos como la línea de tren que conecta la costa del Golfo de México con el Pacífico demuestran el compromiso de México en fortalecer su infraestructura y atraer inversión extranjera en sectores estratégicos como la tecnología. Esta colaboración con Estados Unidos representa un paso importante en este camino hacia la innovación y el crecimiento económico sostenible.
