Por Roberto Aguilar

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¿Dónde está la atención de los inversionistas?

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La semana terminada el 19 de abril fue sumamente curiosa; la noche del jueves 18 nos llegaban noticias de ataques por parte de Israel a Irán con lo que la aversión al riesgo aumentó considerablemente. El mejor termómetro de dicha tensión lo presentó la paridad USD/MXN y es que en cuestión de minutos se pasó de niveles alrededor de 17.05 hasta alcanzar un máximo de 18.15, una depreciación de más de 6.0%.

Vale la pena recordarle al lector que el peso mexicano es utilizado a nivel internacional como activo de cobertura ante choques de volatilidad, esto se debe a que el peso mexicano es la moneda emergente con mayor liquidez y que opera 24/7. Cuando se perciben eventos de tensión los operadores se ponen cortos en el MXN justamente para tomar posiciones de cobertura. Estos movimientos en la paridad son muy rápidos y de corto plazo.

Se esperaba que para el viernes se presentará una sesión totalmente negativa por el conflicto en Medio Oriente, pero la realidad es que las variaciones en el mercado accionario no fueron tan agresivas en comparación de otros días de nerviosismo, incluso parecía que el mercado se movía más por reportes trimestrales y situaciones corporativas y no tanto por dicho conflicto. De hecho, la paridad USD/MXN cerró la semana en 17.07, prácticamente se borró todo el efecto de los eventos en Medio Oriente.

Se puede argumentar que lo anterior se debe a que se tiene la expectativa de que el conflicto no escale y que, no se sumen otros participantes. Esta postura es delicada ya que parecería que el hilo se puede romper en cualquier momento.

Un aspecto que puede limitar el nerviosismo del mercado accionario es que nos encontramos en temporada de reportes trimestrales; se espera una buena temporada en la que los ingresos de las emisoras que conforman el S&P 500 estarían creciendo 3.5% y las ganancias 5.0%.

Esta semana será relevante ya que empresas que tienen gran peso en el índice estarán reportando sus resultados con lo que se puede generar un efecto de contagio y que pudiera definir, de alguna manera, la tendencia a seguir en el corto plazo. Es decir, si se superan los estimados, los inversionistas pueden tomar un respiro y generar optimismo; pero en caso de que los resultados no superen las expectativas, el nerviosismo pudiera agravarse y se pudiera observar una venta acelerada en el mercado accionario el cual, no ha reflejado del todo los choques de volatilidad de las últimas semanas.

Y no hay que olvidar que se mantiene la atención en la Reserva Federal y otros bancos centrales que se ven presionados por una inflación que no cede al ritmo que quisieran; incluso el conflicto en Medio Oriente genera la expectativa de que la inflación se pudiera acelerar.

Como se puede observar en lo párrafos anteriores, hay varios eventos que tienen una incidencia directa en el ánimo de los inversionistas: conflicto en Medio Oriente, política monetaria e inflación y reportes trimestrales; más otros factores de riesgo que se mantienen presentes. Esto no deja margen de descanso para los participantes del mercado que se deben mantener muy atentos a que alguno de estos factores no se salga de control y genere movimientos en los que la tendencia se pueda extender a la baja; de momento los choques de volatilidad han sido limitados, pero no se debe descartar algún evento duradero.     

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