Por Roberto Aguilar

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Inversionistas esperanzados y Banco de México

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No cabe duda de que los inversionistas se están tomando cualquier pretexto para mantener el ánimo en los mercados financieros. El ejemplo más claro es lo sucedido al cierre de la semana pasada; aunque la Reserva Federal mantuvo el tono hawkish, los inversionistas festejaron que se mencionara que no se espera algún aumento en la tasa de referencia para lo que resta del año.

Esto ayudó a que el S&P ganará 3.0% desde los mínimos del miércoles de la semana pasada. Es una realidad que también ayudaron algunos reportes trimestrales en el mercado accionario, pero podemos ver que no fue un efecto solo de este mercado pues la tasa del bono a 10 años en EUA perforó el nivel psicológico de 4.5%. La cadena es muy clara, se mueven las expectativas sobre las acciones que realice la FED y el mercado de divisas reacciona, por lo que el índice del dólar DXY perdió 1.2%; tan solo el peso mexicano ha ganado 1.6% para regresar a cotizar a niveles por debajo de los 17 pesos por dólar. No cabe duda de que la moneda mexicana es un fiel termómetro del ánimo en los mercados financieros globales.

A lo mencionado por la FED hay que añadir que los datos de empleo en EUA estuvieron por debajo de las estimaciones del consenso de analistas lo que arroja la señal de que la FED puede comenzar a recortar la tasa de referencia en la segunda mitad del año. Y por si esto fuera poco, las tensiones en Medio Oriente disminuyen por lo que el precio del petróleo alcanza los 78 dólares por barril que representa mínimos desde mediados de marzo.

Los inversionistas esperan la decisión del Banco de México

Es un hecho que mientras se mantenga el optimismo de los mercados hay que seguir la tendencia, pero también ha quedado claro que el ánimo se mantiene sensible ante cualquier factor de riesgo internacional. Así que cuidado con las posiciones especulativas.

Siguiendo con el tema de los bancos centrales, esta semana se tiene el anuncio de Política Monetaria por parte de Banco de México, la decisión no será sencilla ya que la inflación no cede, incluso hemos observado repuntes en el índice de precios, sobre todo en el componente no subyacente.

Es una realidad que el componente subyacente mantiene el proceso de desaceleración, pero a un ritmo muy lento que no deja claro que se trate de una tendencia. Por otro lado, si Banxico no recorta la tasa de referencia, quedará anulado el efecto anímico del pasado recorte; es decir, no habrá servido de nada y el mensaje que se manda al mercado es totalmente incierto. Con esto no se pueden hacer previsiones en las decisiones de inversión a corto plazo.

Vamos a ver cuál será la decisión que tomarán los miembros de la junta de gobierno y se pudiera anticipar que será una decisión dividida.

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