El banco central de México decidió mantener la tasa de referencia en 11.0%; es interesante mencionar que la decisión se tomó de manera unánime lo que resulta curioso ya que parecería que los miembros de la junta de gobierno mantienen la misma visión; algo que contrasta con la decisión anterior cuando se recortó la tasa en 25 puntos base, en la que uno de los miembros votó por no moverla.
La situación sobre la inflación y la economía no ha cambiado considerablemente en las últimas dos reuniones (la inflación se mantiene alta). De hecho, hay que destacar que se revisaron al alza las estimaciones sobre la inflación; en pocas palabras, el comunicado fue bastante más hawkish de lo que se esperaba.
Es una realidad que Banco de México no la tiene fácil y es que la inflación se mantiene en niveles altos, inclusive con un repunte muy significativo en el inicio de 2024; pero por otro lado se pudieran estar generando distorsiones económicas y financieras debido a que la tasa real se ha mantenido muy alta y por tiempo prolongado; esto pudiera tener efectos negativos para la economía en el futuro. Si nos apegamos al mandato único de Banco de México, la tasa de referencia debería mantenerse sin recortes en el corto plazo, lo que nos lleva a pensar que el recorte anterior fue un cartucho quemado.
Los efectos de la postura del Banco de México
Lo peligroso de la situación en que se encuentra Banco de México es que la voz y los comentarios del instituto central pierdan validez en el mercado. Esa primera decisión de recorte fue totalmente inútil en el ánimo de los agentes económicos lo que provoca que no se genere el efecto de anclaje de las expectativas; al contrario, al aumentar las estimaciones inflacionarias, los agentes comenzarán a reflejar esto en sus decisiones de inversión y gasto.
Incluso en algunos medios y redes sociales se plantea que las decisiones de Banco de México pudieran estar influenciados por el proceso electoral; situación que descarto totalmente, pero que mancha la reputación de una institución tan respetada. Banco de México se ha visto envuelto en un problema de timing al no iniciar los recortes de la tasa de referencia de manera más temprana como lo hicieron otros bancos centrales de países emergentes, ahora el problema es que no se puede iniciar el ciclo de recortes debido al repunte en la inflación, lo que provoca que la política monetaria se mantenga apretada. Lo que no se debería hacer es buscar hacer un control de daños acelerando procesos que no se realizaron en el pasado.
Lo más sensato para Banco de México en las siguientes reuniones es mostrar mayor firmeza en sus posturas para generar mayor confianza entre los agentes económicos y producir el efecto de anclaje. Es imperativo que se apeguen al mandato de la institución y sus comentarios y decisiones se realicen con base a dicho mandato. Siempre he creído que Banco de México está atrapado en el dilema de seguir los movimientos de la Reserva Federal de Estados Unidos, pero con la problemática de los países emergentes. Por esta situación las decisiones no son fáciles y esto requiere que los miembros reflejen esa firmeza. Es positivo que los miembros de la junta sean más abiertos en cuanto a su comunicación fuera de la institución, pero esa libertad también exige mayor responsabilidad y firmeza en las decisiones que se toman.