La Organización Meteorológica Mundial (OMM) pronosticó que el fenómeno meteorológico de La Niña se presentará este año después de que El Niño se debilite por completo al cierre de este mes. El Niño es un calentamiento natural de las temperaturas de la superficie oceánica en el Pacífico oriental y central, mientras que La Niña se caracteriza por temperaturas oceánicas frías en la región del Pacífico ecuatorial y está relacionada con inundaciones y sequías.
La estimación está basada en la fuerte intensidad que El Niño en curso ha registrado. Sus efectos lo colocan en la extraordinaria categoría de “El súper Niño”. La OMM calcula que existe un 60% de posibilidades de que las condiciones de La Niña se presenten entre julio y septiembre. El porcentaje crece a 70% para los meses de agosto y noviembre.
“El final de El Niño no significa una pausa en el cambio climático a largo plazo, ya que nuestro planeta seguirá calentándose debido a los gases de efecto invernadero que atrapan el calor”, dijo el secretario general Adjunto de la OMM, Ko Barrett.
Entre el fenómeno de La Niña y las altas temperaturas
Añadió que “las temperaturas excepcionalmente altas de la superficie del mar seguirán desempeñando un papel importante durante los próximos meses.”
Los últimos nueve años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia a pesar del efecto de enfriamiento de La Niña que se extendió desde 2020 hasta principios de 2023, según la OMM.
En 2023, las temperaturas récord exacerbadas por el cambio climático provocaron una serie de desastres naturales, desde olas de calor e inundaciones hasta temporadas más largas de incendios forestales y sequías generalizadas. Estos eventos extremos no solo representan una amenaza para la infraestructura, sino también para la vida y los medios de subsistencia de millones de personas en todo el mundo.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha resaltado que el creciente impacto económico de los eventos climáticos extremos. Solo en 2019, las pérdidas económicas a nivel global superaron los 1.5 billones de dólares, una cifra alarmante que evidencia la urgencia de tomar medidas.