Reuters.- Boeing nombró el miércoles a Kelly Ortberg, veterana de la industria aeroespacial, nueva presidenta y presidenta ejecutiva tras una búsqueda de varios meses, encomendando a la antigua ejecutiva de Rockwell Collins la monumental tarea de dar un giro al atribulado fabricante de aviones.
Ortberg empezará a trabajar el 8 de agosto y tendrá que hacer frente a una multitud de problemas, entre ellos reactivar la producción de reactores de la empresa y restablecer la confianza de los organismos reguladores, la industria y el público en general.
Boeing, uno de los dos gigantes mundiales de la aeronáutica, sufre una crisis de reputación y seguridad tras la explosión de un panel en pleno vuelo el 5 de enero en un avión MAX 9 de Alaska Airlines con 171 pasajeros. La compañía dijo el miércoles que también tuvo 1.400 millones de dólares de pérdidas en el trimestre, mientras siguió quemando efectivo.
La crisis de Boeing
El incidente del 5 de enero condujo a la eventual renuncia del presidente ejecutivo, Dave Calhoun, y la salida del anterior presidente del directorio de la compañía, mientras los reguladores apuntaban a una cultura de seguridad que ya había sido sacudida por accidentes anteriores en 2018 y 2019.
Poco después del incidente, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) prohibió a Boeing ampliar la producción de su familia superventas de jets 737 MAX.
El 28 de febrero, el organismo regulador dio 90 días a Boeing para desarrollar un plan integral que aborde los “problemas sistémicos de control de calidad”, que la empresa presentó en mayo. Sin embargo, el administrador de la FAA dijo que no se permitirá a la compañía aumentar de inmediato la producción del 737 MAX. Las acciones subían un 2,9% en las operaciones previas a la apertura de los mercados estadounidenses.
El director financiero de Boeing, Brian West, declaró en mayo que la firma gastará en vez de generar efectivo en 2024, lastrado por unas entregas de aviones inferiores a las del año pasado.