Reuters.- Los precios al consumidor en China subieron en julio a un ritmo superior al previsto, mientras que persistió la deflación de los precios al productor, en un momento en que Pekín refuerza el apoyo a su frágil sector de consumo ante la debilidad de la recuperación económica.
Los datos se conocen tras la contracción de la actividad manufacturera y suscitan preocupación por las perspectivas de las exportaciones, en un momento de débil demanda interna que ha lastrado a la segunda economía mundial.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió en julio un 0,5% respecto al año anterior, frente al avance del 0,2% de junio, informó el viernes la Oficina Nacional de Estadística (ONE), superando el 0,3% de aumento previsto en una encuesta de Reuters entre economistas.
La inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de los alimentos y el combustible, aumentó un 0,4% en julio, frente al 0,6% de junio. En términos intermensuales, el IPC creció un 0,5%, frente a una caída del 0,2% en junio y un alza prevista del 0,3%.
Las altas temperaturas y las lluvias caídas en algunas zonas el mes pasado hicieron subir los precios de los alimentos, lo que contribuyó en parte a la recuperación mensual del crecimiento, según Dong Lijuan, estadístico de la ONE.
Los puntos débiles de la economía en China
La debilidad de la demanda interna se ha convertido en uno de los principales puntos débiles de la economía, mientras que las esperanzas de una recuperación impulsada por las exportaciones también se han visto mermadas por las crecientes tensiones comerciales con Occidente, los aranceles sobre los productos chinos y el temor a una recesión en Estados Unidos.
Los consumidores han rehuido en gran medida los incentivos para reactivar el consumo, ya que la prolongada recesión inmobiliaria, la inseguridad laboral y el muro de deuda de los gobiernos locales les impiden comprar artículos especialmente caros.
Las ventas de automóviles, el mayor componente de las ventas minoristas de China, cayeron por cuarto mes consecutivo en julio a pesar de un programa nacional de canje de automóviles y la flexibilización de las normas de préstamos para el sector.
Pekín, la capital de China, registró una caída del 6,3% en las ventas al por menor en junio, mientras que el centro financiero de Shanghái vio retroceder el indicador del consumo un 9,4%, por debajo de la subida nacional del 2%, según datos oficiales.
El Índice de Precios al Productor (IPP), en tanto, bajó un 0,8% en julio respecto al año anterior, sin cambios frente al mes previo y ante la caída del 0,9% prevista.
Los líderes chinos prometieron a finales de julio que las medidas de estímulo necesarias para alcanzar el objetivo de crecimiento económico de este año irán dirigidas a los consumidores, días después de anunciar la asignación de 300.000 millones de yuanes (41.960 millones de dólares) en bonos del Tesoro a muy largo plazo para financiar la modernización de equipos y el canje de bienes de consumo.