A inicios de agosto se presentaron caídas considerables en el mercado accionario global, destacando la fuerte caída en Japón de 12% en un solo día. El mercado accionario de Estados Unidos no quedó exento de esta situación por lo que el S&P 500 llegó a caer hasta los 5,125 puntos, esto representó una corrección de casi 10% desde los máximos registrados a mediados de julio. Pero llama la atención la rápida recuperación que se presentó posteriormente, pareciera ser que el nerviosismo que alimentó dichas caídas se ha disipado. De hecho, desde el mínimo mencionado, el S&P ya se ubica en 5,600 puntos, es decir, una recuperación de 9.5% en solo 10 sesiones.
Y no, no es que los factores de riesgo globales han desaparecido; sigue estando presente el temor por una desaceleración económica en Estados Unidos y otros países, sigue el riesgo de un repunte en la inflación, siguen los conflictos geopolíticos, y muchos. Pero uno de los principales factores que han mantenido al mercado accionario al alza son los resultados corporativos que presentan las empresas listadas. Prácticamente ha finalizado la temporada de reportes y el 79% de las empresas del S&P 500 lograron superar las expectativas del consenso de analistas
El crecimiento agregado de las ganancias es de 12.5%, destacando los sectores: financiero +20.65, salud +20.3% y tecnología +19.5%. Por su parte, los ingresos crecen 5.4% siendo los mismos sectores los que destacan. El crecimiento de los ingresos es el más acelerado de los últimos seis trimestres y las ganancias crecen al mayor ritmo desde 2021. En los últimos años se han presentado diversas voces que anticipan una corrección considerable en el mercado accionario debido al aumento de las tasas de interés y sus efectos en la economía, pero la realidad es que los resultados corporativos han sido sólidos, situación que provoca que se mantenga intacta la tendencia al alza.
Diversos analistas consideran que se presentará una desaceleración económica en Estados Unidos por ciertas señales en el sector laboral y en el consumo, este escenario tiene alta probabilidad de ocurrencia en el 2025 y lo importante será determinar el grado de impacto que dicha desaceleración pueda tener en las ganancias corporativas. Un soft landing pudiera generar contracciones en las ganancias de manera temporal, tal como sucedió en 2022, pero el crecimiento de mediano y largo plazo debería mantenerse. Una recesión impactaría de manera más profunda las ganancias, situación que se vería reflejada en los precios de las acciones.
En pocas palabras, los factores de riesgo que se mantienen latentes generan, sin duda, movimientos fuertes en los precios de las acciones, pero mientras estos factores no cambien la expectativa de crecimiento de las ganancias corporativas, se pudiera pensar que la tendencia alcista del mercado accionario debería mantenerse. Las sólidas ganancias en el segundo trimestre por parte de las empresas justifican la rápida recuperación del mercado accionario en agosto. En este caso la recuperación del mercado fue totalmente en “V”.