Reuters.- La financiación mundial para el clima procedente de los bancos multilaterales de desarrollo aumentó un 25% en 2023, hasta alcanzar la cifra récord de 125.000 millones de dólares, según un informe publicado el viernes, y el crecimiento más rápido correspondió a los países más ricos.
Según el informe, la financiación climática para las economías de ingresos altos, una categoría del Banco Mundial basada en la renta nacional bruta per cápita, aumentó un 30% hasta los 50.300 millones de dólares. La financiación climática se refiere en general a la financiación de actividades relacionadas con el cambio climático y puede incluir subvenciones, préstamos y bonos.
La expansión de la financiación climática de los bancos multilaterales en las economías de renta baja y media fue menor, con un crecimiento del 23% hasta los 74.700 millones de dólares.
El informe incluye datos de 10 instituciones, entre ellas el Grupo del Banco Mundial y bancos de desarrollo centrados en Asia, Europa, África, América Latina, el Caribe y los países BRICS.
Es necesario aumentar la financiación climática
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Ilan Goldfajn, afirmó que el crecimiento de la financiación para el clima era significativo, pero subrayó la necesidad de realizar esfuerzos más ambiciosos para hacer frente al aumento de los desastres climáticos, desde olas de calor hasta inundaciones.
“Este es un reto que va más allá de las líneas políticas, más allá de los países, la geografía y los ingresos. Es un asunto del que todos debemos ocuparnos”, afirmó, adelantando un mensaje que pronunciará en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en la Semana del Clima que se celebra este mes en Nueva York.
Individualmente, los países que más financiación climática recibieron de las instituciones el año pasado fueron Francia (7.400 millones de dólares), España (7.000 millones) e Italia (6.700 millones).
Muchas economías emergentes, que a menudo se enfrentan a unos recursos financieros más escasos y a una mayor vulnerabilidad a los fenómenos meteorológicos extremos, han pedido más apoyo financiero para mitigar la crisis climática, especialmente a medida que han aumentado los costos de financiación de la deuda.
Gran parte del crecimiento de las inversiones centradas en el clima se ha dirigido a las energías renovables y a la reducción de emisiones, más que a la adaptación a los efectos del cambio climático, como la subida del nivel del mar y la mayor intensidad de sequías, incendios y tormentas.
De los 125.000 millones de dólares que las instituciones destinaron a la financiación de la lucha contra el cambio climático el año pasado, 27.700 millones, es decir, el 22% del total, se destinaron a la adaptación al cambio climático, frente al 25% de 2022.