Por Roberto Aguilar

FED mercados

El sexenio desde los mercados

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Se termina otro sexenio y vale la pena hacer un balance, no de la propia administración, sino del desempeño que tuvieron algunos activos financieros en este periodo. 

El establecer temporalidades nos sirve a los seres humanos para cerrar ciclos e iniciar uno nuevo, en el que resurge nuevamente el optimismo y la esperanza de que el futuro será mejor.

En primer lugar, analicemos el desempeño del peso mexicano, el cual se convirtió en una herramienta política por momentos. No hay que olvidar frases como “el peso fortachón” o “el superpeso” que reflejaban una apreciación considerable de la moneda mexicana con respecto al dólar. La administración de AMLO inició formalmente el 3 de diciembre de 2018, ese día la paridad USD/MXN se ubicaba en 20.2645; al cierre del 30 de septiembre de 2024 la paridad cerró en 19.6635 lo que representa una ganancia para el peso mexicano de 2.97% durante todo el sexenio. Durante el periodo se alcanzó un máximo en 25.77 en el 2020 cuando impactaba la pandemia a los mercados financieros, mientras que el mínimo se observó en abril de 2024 alcanzando 16.26. El promedio de la paridad a lo largo del sexenio fue de 19.5224.

Al observar la evolución del USD/MXN se percibe cierta estabilidad a partir del 2021 y para 2022 el fortalecimiento del peso; esto se explicó principalmente por los siguientes factores: el diferencial de tasas entre México y otros países fue más amplio debido al aceleramiento de la inflación, las finanzas del país se mantuvieron sanas hasta 2023, se mantuvo la narrativa del nearshoring, además que se presentaron entrada de flujos por diversos conceptos. Dicho fortalecimiento duró hasta mediados de este 2024.

Es importante mencionar que el peso mexicano es de las pocas monedas emergentes con ganancias durante este periodo; si volteamos a ver otras monedas latinoamericanas; éstas presentan depreciación de más de 30%. Sin duda alguna el peso mexicano se presenta como una de las monedas emergentes de mejor desempeño en el periodo. 

Ahora pasemos al comportamiento del mercado accionario mexicano. El IPC inicio el sexenio en 41,870 unidades y cerró en 52,477, lo que representa una ganancia de 25.3%. El máximo se alcanzó en febrero 2024 en 59,020 unidades y el mínimo se vio en marzo de 2020 en 32,503. 

Se puede decir que el desempeño del mercado accionario local es pobre al compararlo con otras regiones; por ejemplo, en Estados Unidos el S&P acumula una ganancia de más de 100% en el mismo periodo, mientras que el Nasdaq de casi 180%. En la India, el principal índice accionario gana 130%; incluso en Brasil la ganancia es mayor con un 46%. El mercado accionario mexicano se muestra como uno de los de peor desempeño en el periodo, solo detrás del mercado accionario chino.

Al hacer el balance de la bolsa mexicana, pero en dólares, se tiene un rendimiento acumulado de 30.6%; al hacer la conversión, el desempeño de México ya no se ve tan malo y es que el índice brasileño peso medido en dólares acumula una pérdida de 23.55%. En fin, se pueden hacer todas las maniobras posibles para reflejar el desempeño del mercado accionario mexicano, pero en general fue limitado. 

Es interesante mencionar que el desempeño acumulado del IPC esta muy en línea con la evolución de los resultados corporativos. Al cierre de 2018 el total de las utilidades de las emisoras que conforman la muestra del IPC fue de 97 mil millones de pesos; mientras que al segundo trimestre de 2024 asciende a 130 mil millones de pesos; es decir, las ganancias aumentaron 33.64% en el sexenio. Nos faltan los datos correspondientes al tercer trimestre para hacer balance de todo el sexenio, pero se puede decir que las empresas mantuvieron un crecimiento constante, a pesar de choques internos y externos y el crecimiento del mercado mexicano, visto como un todo, creció en línea con las ganancias generadas por las empresas.

Terminemos esta participación observando la evolución de las tasas de interés; al inicio del sexenio la tasa del bono a 10 años mexicano se ubicaba en 9.04% y actualmente cerramos septiembre alrededor de 9.32%, una diferencia de casi 30 puntos base, que no parece ser mucho, pero el rango es bastante amplio con un mínimo en 5.17% y un máximo en 10.417%. La evolución de las tasas se puede dividir en el momento del impacto de la pandemia cuando los bancos centrales recortaron las tasas de interés para limitar el impacto económico, mientras que para 2021 la inflación comenzó a acelerarse por diversos factores, lo que provocó un aumento generalizado de las tasas de interés. Este fue un fenómeno global y México no quedó exento.

Como se puede observar, el desempeño de los activos mexicanos es mixto. Muy buen desempeño para el peso mexicano, pero no tanto para el mercado accionario mexicano. La propia evolución de las tasas de interés en el sexenio se puede dividir de manera clara en dos partes. 

No se puede considerar que el desempeño de los activos mexicanos se deba al gobierno en turno, eso sería poco profesional y para nada sería objetivo; esto se debe a que los mercados financieros son globales y los inversionistas actúan con base en la expectativa de maximizar sus beneficios. Incluso vemos que es muy claro que el desempeño no fue lineal, sino que se presentaron momentos buenos y malos para las clases de activos. Al final, el balance dependerá de las posiciones que tenían cada uno de los inversionistas en diversos periodos durante el sexenio; hubiésemos querido que el desempeño del mercado accionario mexicano fuera similar al de EUA, pero no se puede tener todo. 

Como se mencionó al inicio de esta participación, ahora solo nos queda esperar que el siguiente sexenio sea mejor al anterior en todos los ámbitos. 

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