Uno de los debates teóricos más álgidos en cuanto a los mercados financieros es si existe la eficiencia de mercados, o no. Se considera que un mercado es eficiente cuando el precio de un activo refleja totalmente la información relevante para que los participantes puedan tomar decisiones.
Si se cree en la eficiencia de mercado, se llega a la conclusión que es imposible predecir el comportamiento de los activos financieros pues toda la información ya está reflejada en el precio actual, solo con el surgimiento de nueva información es que el precio tendrá un impacto directo; la nueva información surge de manera aleatoria y por lo tanto el movimiento de los precios de los activos financieros es aleatorio.
El párrafo anterior nos sirve para entender que la complicación en la predicción de los activos refleja eficiencia; uno de los mercados que presentan mayor eficiencia es el de divisas y en específico aquellas monedas que tienen alta liquidez; entre ellas el peso mexicano. Actualmente existe mucha incertidumbre respecto a cómo se moverá el tipo de cambio por las elecciones en Estados Unidos, hay colegas que consideran que una victoria del candidato republicano llevará al peso de manera inmediata a 21 pesos; esto representaría una depreciación de 5.0%. Pero también consideran que una victoria de la candidata demócrata lo regresará a niveles alrededor de 18, es decir una apreciación de la moneda mexicana de 10%.
Me parece que las predicciones mencionadas por colegas son aventuradas y que se acercan más a un juego de atínale al precio y a ver quién se lleva la estrellita en la frente por atinar.
Veamos los últimos movimientos agresivos de la moneda local. A inicios de agosto, con el aumento de tasas en Japón, el peso se llegó a depreciar hasta 5.5% en unas cuantas horas, pero de manera inmediata se regresó. Por las elecciones en México, el MXN se depreció 4.5% en una sola sesión; en abril el peso llegó a depreciarse hasta 6.4% por el conflicto en Medio Oriente. Otro movimiento fuerte se presentó por la pandemia en 2020 cuando la paridad USD/MXN pasó de 18.75 y hasta un máximo de 20.50; es decir, una depreciación de 37.5% en tan solo dos meses.
En estos casos, se presentaron los choques de volatilidad de corto plazo, pero el peso se mantuvo fuerte manteniendo la tendencia principal. El único evento que provocó un cambio estructural en la tendencia fueron las elecciones en México y la paridad encuentra un nuevo rango operativo cercano a los 20 pesos.
Los ejemplos mencionados nos llevan a pensar que los movimientos agresivos se han generado por eventos inesperados; ¿cuál pudiera ser el evento inesperado a raíz de las elecciones en EUA? Sería aquel en el que la victoria de alguno de los candidatos sea por un margen tan pequeño y que el perdedor no acepte los resultados; esto pudiera inyectar incertidumbre, lo que se reflejaría en el MXN.
¿El peso se moverá de manera agresiva en las elecciones de EUA? Los más probable es que si, pero lo importante vendrá en las siguientes sesiones para determinar si se genera nuevamente un cambio estructural en la paridad USD/MXN para buscar un nuevo rango operativo o si nos mantenemos en esa zona de los 20 pesos.
En pocas palabras, el MXN se estaría moviendo de manera agresiva durante la jornada electoral de EUA y no se pueden descartar cambios rápidos de ±5.0%, pero estructuralmente se retomarían los niveles actuales. Para terminar el comentario, en noviembre de 2016 cuando el candidato republicano ganó las elecciones, el MXN se llegó a depreciar hasta 13.4% en una sola sesión; la diferencia es que en aquel entonces se planteaba poca probabilidad de que ganara. Una vez más, es un ejemplo de eventos inesperados