Reuters.- La economía estadounidense mantuvo un sólido ritmo de crecimiento en el tercer trimestre, gracias a la moderación de la inflación y a los fuertes aumentos salariales, que impulsaron el gasto de los consumidores antes de unas reñidas elecciones presidenciales que girarán en torno a cuestiones de bolsillo.
El Producto Interno Bruto (PIB) aumentó a una tasa anualizada del 2,8% el pasado trimestre, informó el miércoles la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio en su estimación adelantada.
Los economistas consultados por Reuters esperaban un avance del 3%, con estimaciones que oscilaban entre el 2% y el 3,5%, tras mejorar un 3% en el segundo trimestre. El ritmo de crecimiento se situó muy por encima de lo que las autoridades de la Reserva Federal consideran la tasa de crecimiento no inflacionaria, en torno al 1,8%.
La estimación adelantada del PIB se publicó menos de una semana antes de que los estadounidenses acudan a las urnas el 5 de noviembre para elegir entre la vicepresidenta demócrata Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump.
Las encuestas muestran una carrera reñida. Los ciudadanos, que afirman de forma sistemática que la economía es uno de los principales asuntos electorales, se han quejado del elevado costo de los alimentos y la vivienda, pese a que la economía ha desafiado las previsiones de recesión y sigue superando a sus homólogas mundiales.
Los sondeos entre los votantes han dado sistemáticamente ventaja a Trump cuando se les pregunta quién sería un mejor gestor de la economía, incluida la última encuesta de Reuters/Ipsos publicada el martes.
La economía estadounidense parece resistente
El informe se sumó a las revisiones anuales publicadas el mes pasado, que indicaron que la economía es mucho más fuerte de lo anteriormente estimado. Las revisiones casi borraron la diferencia entre el PIB y la Renta Interna Bruta (RIB), una medida alternativa del crecimiento, hasta el segundo trimestre.
Antes de la revisión, algunos economistas habían argumentado que la brecha sugería que se estaba sobreestimando la actividad económica. La economía ha seguido resistiendo pese a las alzas de 5,25 puntos porcentuales de las tasas de interés entre 2022 y 2023 por parte de la Fed para controlar la inflación.
El índice de precios de los gastos de consumo personal, excluidos los volátiles componentes de alimentos y energía -seguidos de cerca por la Fed-, subió a un ritmo del 2,2% en el tercer trimestre, ralentizándose bruscamente desde el ritmo del 2,8% del segundo trimestre.
Al acercarse la inflación al objetivo del 2% fijado por la Fed, el banco central está relajando su política monetaria, y el mes pasado inició ese ciclo con un recorte de tasas inusualmente grande, de medio punto porcentual. Ese recorte de los costos del crédito, el primero desde 2020, rebajó la tasa oficial de la Fed hasta el rango del 4,75%-5%.