Por Roberto Aguilar

México Banco Mundial

El riesgo sistémico en México

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En teoría de portafolios de inversión, se hace la división en dos grandes factores de riesgo. Uno que se conoce como riesgo específico y diversificable que viene dado por el propio negocio del emisor; es decir, el precio de la acción se moverá con base a la situación financiera de la empresa actual y esperada. Y el otro factor de riesgo que se conoce como riesgo sistémico o no diversificable el cual viene dado por situaciones externas a las propias empresas, pero que afecta a todos los activos financieros en su conjunto. Este último puede surgir de aspectos macroeconómicos, políticos y sociales.

Queda claro que, desde las elecciones en México, el riesgo sistémico ha tomado protagonismo llevando al IPC a niveles mínimos no vistos desde noviembre del año pasado en alrededor de las 50,550 unidades; esto es una pérdida acumulada de 8.35% desde el último día de mayo y de 11.9% en lo que va del año. Esta demás decir que el impacto es local, pues si volteamos a ver índices de otros países, se acumulan fuertes ganancias.

Como se mencionó, el riesgo sistémico afecta a todos los activos financieros, incluso de aquellas emisoras con buenos fundamentales; justamente los reportes trimestrales correspondientes al tercer trimestre de este año dan cuenta de esto. Los resultados agregados de las emisoras que conforman la muestra del IPC superaron expectativas con un crecimiento de los ingresos de 9.88%, mientras que el EBITDA y la utilidad neta crecieron poco más de 17%.

Ya desde hace varios años, las empresas han venido aplicando estrategias para enfrentarse a escenarios adversos, dichas estrategias van encaminadas al control de costos, expansión en el extranjero y diversificación en la presentación de productos y servicios. Estas estrategias han dado resultados significativos ya que las tasas de crecimiento se mantienen, a pesar de la complejidad local e internacional. En general, las empresas mexicanas listadas en bolsa son muy tradicionales y mantienen una buena administración de los negocios, esta es una característica recurrente desde hace varios años.

La pregunta entonces es, si las empresas mexicanas listadas están dando buenos resultados financieros, ¿por qué el mercado se mantiene estancado? La respuesta viene justamente del riesgo sistémico y la percepción de riesgo que se tiene. La última tendencia alcista considerable para el IPC se generó después de la crisis financiera del 2008-2009 y hasta agosto de 2017; en dicho periodo el índice acumuló una ganancia de 200%. Pero a partir de esa fecha el índice se mantiene estancado, de hecho, al escribir este artículo el IPC se ubica en 50,800 puntos, casi el mismo nivel de los máximos de 2017.

Podemos argumentar que el estancamiento se debe al impacto por la pandemia, al aumento de tasas de interés en años anteriores, a los conflictos bélicos internacionales y otros factores que se nos vengan a la mente; pero esto contrasta con lo generado por mercados en otros países que acumulan ganancias considerables, incluso a pesar de los factores mencionados. Llegamos a la conclusión de que el mercado accionario mexicano está estancado por factores locales, principalmente. Esto se exacerba desde las elecciones de este año y es que la incertidumbre sobre los contrapesos en los poderes impacta en el ánimo de los inversionistas.

A esto hay que sumar la incertidumbre por las elecciones en EUA y las decisiones que pueda tomar el próximo presidente en aspectos de comercio, migratorios y de seguridad. Desde hace algunos años, he escuchado de muy buenos analistas que el mercado accionario mexicano cotiza a múltiplos baratos, lo que genera oportunidades de inversión atractivas, incluso, desde finales de 2023 e inicios de 2024 México se planteaba como uno de los destinos favoritos para invertir según empresas de gestión de activos muy grandes a nivel global. Esa visión ha cambiado totalmente en esta segunda mitad de año y todo apunta a que el mercado accionario mexicano seguirá estancado, por lo menos en el corto plazo. La buena situación fundamental de las empresas, no ha sido lo suficiente para animar a los inversionistas sobre las acciones mexicanas y generar una tendencia alcista durad

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