La Agencia Internacional de la Energía estima que para combatir el cambio climático, el mundo debe invertir 4 mil millones de dólares anuales para promover energías limpias en los siguiente seis años. Y no sólo los organismos financieros internacionales o los mercados bursátiles toman un papel relevante en el apoyo de los proyectos y la transición hacia energías limpias, sino los bancos toman un papel cada vez más protagónico en el financiamiento de energías renovables.

Los bancos que operan en México son pioneros en el apoyo de las energías limpias; en 2007, la Asociación de Bancos de México creó el Comité de Sustentabilidad que evolucionó y amplió sus alcances hasta transformarse en la Comisión Ambiental, Social y de Gobernanza que pretender abordar en los más altos órganos de toma de decisión del gremio los desafíos relacionados con el medio ambiente, el bienestar social y la gobernanza, es decir, actuar al interior de las propias instituciones y privelegiar el financiamiento que cumpla con dichos objetivos.

Pero además la banca coordina a otros actores del ecosistema financiero y autoridades para ampliar el financiamiento sustentable, y no sólo para empresas sino para personas fisicas que por ejemplo contratan una hipoteca verde que implica la instalación de sistemas de ahorro y eficiencia energética.

Incluso la Secretaría de Hacienda estima destinar hasta 15 mil millones de pesos entre 2023 y 2030 para proyectos sustentables en los sectores público y privado, y la banca por su parte canaliza de organismos internacionales préstamos para proyectos sustentables para todos los sectores, incluidos la agricultura.

Pero la banca de manera autónoma también está aumentando el financiamiento para energías renovables donde no sólo se busca un rendimiento financiero sino más bien contribuir de manera decidida a detener el deterioro de recursos que amenazan a todos los países, y México no es la excepción.