Reuters.- La economía china igualó las ambiciones del Gobierno de un crecimiento del 5% el año pasado, pero de forma desequilibrada, y muchas personas se quejan de un empeoramiento del nivel de vida, en un momento en que Pekín atraviesa dificultades para transferir las mejoras industriales y de exportación a los consumidores.

El crecimiento desequilibrado hace temer que los problemas estructurales se agraven aún más en 2025, cuando China planee un crecimiento similar endeudándose más para contrarrestar el impacto de una esperada subida de aranceles de Estados Unidos, potencialmente tan pronto como el lunes, cuando Donald Trump sea investido presidente.

Los datos chinos de diciembre mostraron que la producción industrial superó con creces a las ventas minoristas y que la tasa de desempleo aumentó, lo que pone de relieve la fortaleza de la oferta de una economía con un superávit comercial de un billón de dólares, pero también su debilidad interna.

El crecimiento, impulsado por las exportaciones, se sustenta en parte en la deflación en las fábricas, que hace que los productos chinos sean competitivos en los mercados globales, pero también expone a Pekín a mayores conflictos a medida que se amplían las diferencias comerciales con los países rivales. Dentro de las fronteras, la caída de los precios ha mermado los beneficios empresariales y los ingresos de los trabajadores.

Los datos de la economía china no convencen

Andrew Wang, ejecutivo de una empresa de servicios de automatización industrial para el pujante sector de los vehículos eléctricos, dijo que sus ingresos cayeron un 16% el año pasado, lo que le llevó a recortar empleos, algo que espera volver a hacer pronto.

“Los datos publicados por China no coinciden con lo que la mayoría de la gente pensaba”, dijo Wang, comparando las perspectivas de este año con subir el nivel de dificultad en una cinta de correr. “Tenemos que correr más rápido solo para mantenernos donde estamos.”

La Oficina Nacional de Estadística de China y la Oficina de Información del Consejo de Estado, que gestiona las consultas de los medios de comunicación para el Gobierno, no respondieron inmediatamente a las preguntas sobre las dudas que suscitan los datos oficiales.

Si el grueso del estímulo adicional que Pekín ha preparado para este año sigue fluyendo hacia las mejoras industriales y las infraestructuras, en lugar de hacia los hogares, podría exacerbar el exceso de capacidad en las fábricas, debilitar el consumo y aumentar las presiones deflacionistas, según los analistas.

“Parece dudoso que China alcance con precisión su objetivo de crecimiento para 2024 en un momento en que la economía sigue enfrentándose a una débil demanda interna, persistentes presiones deflacionistas y tambaleantes mercados inmobiliarios y de renta variable”, dijo Eswar Prasad, profesor de política comercial de la Universidad de Cornell y exdirector para China del Fondo Monetario Internacional. “De cara al futuro, China no solo se enfrenta a importantes retos internos, sino también a un entorno exterior hostil.”