El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes que su administración impondrá aranceles a los automóviles importados a partir del 2 de abril. Durante un encuentro con periodistas en el Despacho Oval, el mandatario republicano explicó la decisión y mencionó que la fecha fue seleccionada estratégicamente.
Este anuncio se produjo un día después de que Trump firmara un memorando que establece la imposición de “aranceles recíprocos” a los países que gravan productos estadounidenses. Según el mandatario, el objetivo es equilibrar las tarifas que esas naciones aplican a las exportaciones de Estados Unidos y, de este modo, reducir el déficit comercial del país.
Si bien Trump aseguró que los nuevos aranceles comenzarán a aplicarse el 2 de abril, aclaró que no entrarán en vigor de manera inmediata. En cambio, su implementación se llevará a cabo en un plazo de “semanas” o “meses”. Además, el presidente indicó que los primeros países en enfrentar estos aranceles serán aquellos con los que Estados Unidos mantiene un mayor déficit comercial.
Trump hizo referencia a su superstición respecto al 1 de abril, conocido como el “Día de los Tontos” en Estados Unidos, y explicó que decidió postergar la aplicación de los aranceles hasta el 2 de abril para evitar coincidencias con esa fecha. “Los habría hecho el 1 de abril. Créanme. Soy un poco supersticioso. No, literalmente, teníamos un plan para el 1 de abril. Dije, hagamos que sea el 2. ¿Saben cuánto dinero cuesta eso? Cuesta mucho dinero sólo ese día, pero lo haremos el 2 de abril”, comentó a la prensa.
La política proteccionista de Trump
La medida se enmarca en la política proteccionista que ha caracterizado la administración de Trump, orientada a fortalecer la industria estadounidense y reducir la dependencia de importaciones extranjeras. Sin embargo, la decisión ha generado preocupación entre los fabricantes de automóviles y los aliados comerciales de Estados Unidos, quienes temen represalias y una posible escalada en las disputas comerciales.
A lo largo de su mandato, Trump ha defendido la necesidad de renegociar acuerdos comerciales y establecer barreras arancelarias como una estrategia para fomentar la producción nacional. Con la imposición de estos nuevos aranceles, el gobierno busca incentivar a las empresas extranjeras a trasladar su producción a suelo estadounidense y así fortalecer la economía local.
Resta por ver el impacto real de esta medida en la industria automotriz y en las relaciones comerciales internacionales. Mientras tanto, la comunidad empresarial y los gobiernos afectados permanecen atentos a la evolución de esta política y a las posibles consecuencias en el comercio global.