El Mundial de Fútbol 2026 será un evento sin precedentes en términos de impacto turístico, y México, como una de las sedes, se verá beneficiado con una importante derrama económica. Según Sean Cázares Ahearne, director general de la Asociación Mexicana de Viviendas Turísticas (AMVITUR), se espera que el mercado de vivienda turística en el país incremente su oferta en más de un 20%, lo que refleja la alta demanda esperada por la llegada de millones de aficionados.
La Ciudad de México será protagonista de este fenómeno, ya que el 11 de junio albergará la inauguración del torneo en el Estadio Azteca. El gobierno de la capital estima la llegada de cerca de 5 millones de visitantes de diferentes partes del mundo, lo que representa un reto significativo para la infraestructura hotelera y de hospedaje en la ciudad.
Actualmente, la capital mexicana cuenta con 784 hoteles que suman más de 60,000 habitaciones, de acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo. Sin embargo, la plataforma Airbnb ha ganado terreno, ofreciendo más de 26,000 hospedajes en la ciudad. No obstante, desde finales de 2024, se ha implementado una regulación que limita el alquiler de estas propiedades a un máximo del 50% de las noches del año, con el fin de equilibrar el mercado entre las estancias temporales y los hoteles tradicionales.
Jóvenes aficionados del Mundial
Uno de los sectores que más impulsará esta demanda es el de los jóvenes viajeros. La Secretaría de Turismo de la Ciudad de México reporta que el 68.1% de los turistas que visitan la capital pertenecen a la generación millennial y a la generación Z, quienes tienden a optar por alojamientos privados en plataformas digitales.
Sin embargo, la creciente demanda también ha generado preocupaciones sobre la seguridad y la legalidad de la oferta de hospedaje. Sean Cázares Ahearne advirtió sobre el riesgo del mercado negro en la vivienda turística, que se aprovecha de la gran cantidad de unidades deshabitadas en la ciudad. Se estima que hay alrededor de 207,000 viviendas en esta condición, lo que equivale al 7% del total de inmuebles en la capital. Bandas del crimen organizado han invadido algunas de estas propiedades, comercializándolas de manera ilegal para el turismo, incluso falsificando documentos de propiedad.
Este problema no es reciente. Desde el año 2000, asociaciones como Alquimia Urbana han señalado la falta de vivienda social y económica en la Ciudad de México, así como la ausencia de una gestión adecuada del territorio deshabitado, lo que ha contribuido a la inseguridad tanto para los residentes como para los visitantes.