Constantemente se hace la pregunta si el mercado de valores se mueve con base en la evolución de cifras económicas o viceversa. George Soros comentó “los mercados financieros juegan un rol activo en determinar lo que sucederá, es decir, cómo funcionará la economía”. Esta frase indicaría que realmente son los mercados financieros los que marcan la pauta de la evolución económica. Lo que debe de entender el inversionista es que los mercados financieros se mueven con base en las expectativas económicas y de negocios; esto justifica el que los mercados siempre se adelantan, la mayoría de las veces de manera acertada.
Un ejemplo muy claro de que los mercados se adelantan a la economía es lo sucedido en México durante el 2024. El índice de precios y cotizaciones (referencia del mercado accionario mexicano), comenzó a caer considerablemente desde mediados del año pasado, la justificación fueron los resultados electorales y un cúmulo de reformas que generaron mayor incertidumbre. Pero la caída se extendió exactamente hasta finales de 2024 cuando el índice alcanzó las 49,000 unidades.
El mercado accionario mexicano no hubiera caída con tal magnitud si los cambios políticos y las reformas no hubiesen tenido implicaciones económicas, pero si las tuvieron sobre todo en la confianza para llevar a cabo inversiones en nuestro país. Revisemos algunos datos que son representativos: la inversión fija bruta (con cifras originales), no presentaba una caída anual desde inicios de 2021, pero para el segundo semestre de 2024 la desaceleración se profundizó a tal grado que el crecimiento promedio anual de dicho periodo fue de apenas 0.2%, inclusive desde septiembre la caída en el indicador fue constante. Otro dato significativo son las ventas minoristas, específicamente en tiendas de autoservicio y departamentales que desde junio 2024 comenzó a registrar caídas anuales consecutivas por lo que la variación promedio anual del segundo semestre es de -3.8%, un desempeño tan pobre que no se veía desde la pandemia.
Hay varios indicadores que reflejan la desaceleración económica en México y se puede utilizar el IGAE para resumir esta situación. Desde 2021, el indicador global de la actividad económica no presentaba una caída anual (con cifras originales), pero en 2024 se presentaron tres meses en que la variación fue negativa en su comparativo anual: marzo, junio y diciembre. De hecho, quitando el 2020 (año de la pandemia), el crecimiento del segundo semestre de 2024 fue el más lento desde 2019 para un mismo periodo, apenas un crecimiento anual promedio de 0.8%. Los inversionistas han preferido sacar sus recursos de activos mexicanos para invertirlos en países donde se tenga una mejor expectativa de crecimiento económico.
Para 2025 será igual de importante considerar las expectativas de crecimiento económico y determinar si será una buena idea invertir en el mercado accionario mexicano; de entrada, Banco de México recortó considerablemente su expectativa de crecimiento en un rango de -0.2% y 1.4%. Otros bancos de inversión han venido haciendo lo propio y para la encuesta de expectativas del sector privado se estima un crecimiento promedio de 1.07%. Es decir, se plantea que la desaceleración económica se mantenga y no se descarta un escenario de recesión en este año.
Si bien, la bolsa mexicana ha tenido un excelente inicio de año, no se puede determinar una tendencia alcista sostenida y dicho repunte pudiera considerarse solo como compras especulativas de corto plazo. De hecho, se mantiene la incertidumbre sobre la economía mexicano principalmente por la posible imposición de aranceles por parte de EUA, de concretarse esta situación se tendría un impacto directo en la economía mexicana y por lo tanto en el mercado de valores.