Reuters.- El Consejo Danés para los Refugiados dijo el viernes que se espera que unos 6.7 millones de personas más se hayan visto desplazadas en todo el mundo a finales del próximo año, justo cuando entran en vigor los recortes de ayuda de donantes clave como Estados Unidos.
El organismo de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) dijo el año pasado que el número de desplazados forzosos en todo el mundo superaba los 117 millones de personas y advirtió de que esa cifra podría aumentar.
“No son estadísticas sin más. Se trata de familias obligadas a huir de sus hogares, sin apenas nada consigo y en busca de agua, comida y cobijo”, dijo Charlotte Slente, secretaria general del Consejo Danés para los Refugiados.
Casi todos los desplazamientos mundiales se producen en 27 países. La proyección se basa en un modelo basado en inteligencia artificial que predice las tendencias de los desplazamientos analizando más de 100 indicadores que incluyen factores como la seguridad, la política y la economía de esos países.
Prevé que casi un tercio de los nuevos desplazamientos se produzcan en Sudán, que ya sufre la peor crisis de refugiados del mundo tras casi dos años de guerra. Se espera que otros 1.4 millones de personas se vean obligadas a desplazarse desde Myanmar, según el informe.
Desplazados en desamparo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está recortando miles de millones de dólares en programas de ayuda exterior en todo el mundo como parte de una importante revisión del gasto del mayor donante de ayuda del mundo.
El Consejo Danés para los Refugiados es uno de los grupos de ayuda afectados y ha sufrido más de 20 rescisiones de contratos. Los recortes de Washington y otros donantes clave ya están afectando a los refugiados.
La agencia de la ONU para los refugiados dijo que la escasez de fondos había cerrado programas para proteger a las adolescentes del matrimonio infantil en Sudán del Sur y una casa segura para mujeres desplazadas en peligro de ser asesinadas en Etiopía.
“Millones de personas se enfrentan al hambre y el desplazamiento y, justo cuando más nos necesitan, los países ricos recortan la ayuda. Es una traición a los más vulnerables”, afirmó Slente.
