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La jornada laboral de 40 horas obliga al sector logístico a acelerar su transformación tecnológica

La reducción de la jornada podría incrementar los costos de nómina entre un 15% y un 20%, especialmente en industrias como la manufactura.
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La inminente entrada en vigor de la jornada laboral de 40 horas semanales en México ha encendido las alarmas en el sector logístico, que enfrenta uno de sus mayores desafíos operativos en décadas. La medida, que será implementada de forma gradual hasta 2030, obliga a las empresas a rediseñar sus procesos internos, repensar sus estructuras laborales y apostar decididamente por la automatización. Así lo advirtió José Ambe, CEO de LDM, durante la presentación del Segundo Estudio Nacional de Logística.

El estudio, elaborado por LDM junto con #SoyLogístico Asociación y EGADE Business School, revela que la reducción de la jornada podría incrementar los costos de nómina entre un 15% y un 20%, especialmente en industrias como la manufactura y la distribución, donde el trabajo operativo intensivo es la norma. A este aumento se suma otro factor de presión: la alta rotación de personal, que actualmente oscila entre el 12% y el 48% en distintas empresas del sector.

“La reducción de horas laborales nos impulsa a encontrar maneras más eficientes de operar. Esto incluye una reingeniería profunda de procesos y una mayor adopción de tecnologías que mejoren la productividad”, señaló Ambe. En ese sentido, la automatización deja de ser una alternativa para convertirse en un imperativo estratégico que garantice la continuidad y competitividad del sector.

Para enfrentar este reto, LDM propone una hoja de ruta dividida en tres fases. La primera, de aplicación inmediata, consiste en realizar auditorías operativas e identificar oportunidades de automatización de alto impacto. La segunda, en el mediano plazo, contempla la implementación de tecnologías clave y programas de capacitación para el personal. Finalmente, la tercera fase apunta a una integración total de sistemas automatizados y la optimización de los nuevos flujos de trabajo.

Aunque 2030 puede parecer lejano, Ambe subraya que este margen de tiempo no debe interpretarse como una prórroga pasiva, sino como una oportunidad para iniciar desde ahora la transformación. Las empresas que se anticipen, apuesten por la tecnología y preparen a su talento humano estarán mejor posicionadas para liderar el futuro logístico de México.