La Asamblea Nacional de Venezuela ha juramentado a Nicolás Maduro como presidente del país para el periodo 2025-2031. Este tercer mandato del líder chavista se inicia en un contexto de tensiones internas, rechazo de la oposición y críticas internacionales sobre la transparencia del proceso electoral.
Durante la ceremonia, Maduro declaró: “Juro por el histórico, noble y aguerrido pueblo de Venezuela y ante esta Constitución, que haré cumplir todos sus mandatos. Inauguro el nuevo periodo de la paz, la prosperidad y la nueva democracia”. Sin embargo, las palabras del mandatario no han logrado apaciguar las acusaciones de fraude que rodean los resultados de los comicios del pasado 28 de julio.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), el representante del Partido Socialista Unido de Venezuela, obtuvo el 51% de los votos. No obstante, las fuerzas opositoras, lideradas por Edmundo González Urrutia, han rechazado los resultados y aseguran contar con el 85% de las actas electorales como evidencia de su victoria. Además, han publicado los documentos en línea como parte de su denuncia.
Turbulencia en Venezuela
La tensión en las calles también ha escalado. La opositora María Corina Machado convocó manifestaciones en Caracas y otros estados para rechazar la investidura de Maduro. El jueves, durante una de estas movilizaciones, Machado denunció haber sido interceptada por fuerzas de seguridad y difundido un video bajo coacción antes de ser liberada. El incidente generó una ola de condenas internacionales.
El Gobierno venezolano negó las acusaciones, calificándolas como parte de una “campaña de desinformación” para desestabilizar al país. Entretanto, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países han endurecido sanciones contra funcionarios venezolanos, enfatizando su apoyo a un proceso democrático en Venezuela.
El futuro inmediato del país sudamericano está marcado por la incertidumbre. Mientras el chavismo busca consolidarse en el poder, la oposición y la comunidad internacional insisten en un cambio que refleje los deseos del pueblo venezolano.
Bajo el mandato de Maduro, la economía de la nación colapsó y obligó a más de 7.7 millones de venezolanos a abandonar su país en busca de mejores condiciones de vida.