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La salud mental en personas mayores es una crisis silenciosa que exige acción inmediata

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La salud mental de las personas mayores en México enfrenta una crisis silenciosa que requiere atención urgente. Con un porcentaje de depresión que triplica el promedio global, la falta de acceso a tratamientos y el estigma social agravan el problema, dejando a miles de adultos mayores en una situación de vulnerabilidad, de acuerdo con la firma especializada Koltin.

En México, entre el 15% y el 20% de las personas mayores de 60 años padecen depresión, mientras que la tasa global es del 7%. A pesar de estas alarmantes cifras, el 96.8% de los afectados no recibe tratamiento adecuado. Factores como la viudez, las enfermedades crónicas, la jubilación, el aislamiento social y la pérdida de independencia económica influyen en el desarrollo de este trastorno.

Areli Pérez Carrizosa, médico geriatra del equipo de Koltin, señala que el estigma social es una barrera importante para el acceso a la atención médica. “Existen investigaciones clínicas que sugieren que muchas personas mayores sienten incomodidad al hablar de sus problemas emocionales con un experto, lo que les impide buscar ayuda”, explicó.

La importancia de la salud mental en la vejez

El impacto de la depresión en la calidad de vida de los adultos mayores es significativo. Alrededor del 18.9% de los afectados presentan dependencia funcional, el 16.2% sufre deterioro cognitivo y el 7.4% ha experimentado caídas con lesiones. Además, se ha observado que incluso cuando los síntomas depresivos mejoran, persisten déficits cognitivos que afectan su autonomía.

Koltin, la primera empresa en ofrecer una membresía con cobertura de salud privada para mayores de 60 años, indica que aproximadamente el 10% de sus clientes presentan síntomas de depresión y ansiedad. Entre los principales detonantes se encuentran el síndrome del nido vacío y las dificultades financieras.

A la problemática se suma la escasez de especialistas en geriatría. Hasta 2024, México contaba con solo 1,062 geriatras certificados, lo que significa que cada especialista debe atender a más de 15,000 adultos mayores.

Para abordar esta crisis, los expertos recomiendan promover el contacto físico positivo, como los abrazos, que han demostrado reducir los síntomas de depresión y ansiedad. Además, fomentar la actividad física, mental y social, junto con una buena alimentación y talleres de logoterapia y tanatología, podría fortalecer la salud mental de esta población.

No obstante, las soluciones individuales no son suficientes. Es urgente diseñar e implementar una estrategia nacional que garantice la prevención y tratamiento de los trastornos mentales en los adultos mayores. Invertir en su bienestar no solo es una obligación moral, sino una oportunidad para construir una sociedad más humana y solidaria.