El Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener por tercera vez consecutiva sus tasas de interés sin cambios. Así, opta por la prudencia ante la evolución de la inflación en la eurozona, pese a su desaceleración en los últimos meses.
De esta forma la tasa de la facilidad de depósito se queda en 4%, su nivel más alto desde el lanzamiento de la moneda única en 1999; la de las operaciones principales de financiación y la de la facilidad marginal de crédito se sitúan respectivamente en 4.5% y 4.75 por ciento.
Sin embargo, existe mucha expectación en torno a cuándo decidirán los responsables del BCE su primera bajada de tipos de interés, pues se ha registrado una importante ralentización de la inflación en la eurozona.
De acuerdo con Eurostat, la agencia de estadísticas de la Unión Europea, La inflación alcanzó un 2.9% interanual en diciembre. Esta cifra está muy por debajo del máximo de 10.6% alcanzado en octubre de 2022 tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de ese mismo año.
No obstante, esas tasas de interés siguen por encima del objetivo del 2% fijado por el BCE, institución con sede en Fráncfort.
De hecho, la institución indicó que las condiciones restrictivas de financiación están frenando la demanda, lo cual ayuda a reducir la inflación.
El BCE quiere asegurarse que la inflación llegue pronto a su objetivo
Vale la pena mencionar que el Consejo de Gobierno del BCE tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2% a medio plazo; por ello subió sus tasas de interés 10 veces desde mediados de 2022.
Actualmente, la institución considera que las tasas de interés “están en niveles que, mantenidas durante un período suficientemente largo, contribuirán de forma sustancial a este objetivo”.