Reuters.- Poseer un perro american bully XL no registrado será delito en Inglaterra y Gales a partir del jueves, según los planes del Gobierno para eliminar progresivamente a una poderosa raza a la que se atribuyen ataques mortales a personas y otros animales.
La prohibición, ordenada el año pasado por el primer ministro, Rishi Sunak, tras una serie de mutilaciones y protestas públicas, ha puesto en el punto de mira a una raza muy apreciada por sus propietarios, pero cuyo tamaño y fuerza la convierten en símbolo de estatus para algunos y en objeto de temor para otros.
Sonia Faleiro, escritora de 46 años, describió un ataque en un parque londinense de tres perros -identificados por la policía como de la variedad XL de la raza american bully- que mataron a Zoey, su mascota Jack Russell terrier, la traumatizaron a ella y a su hija y obligaron a su marido -que intervino- a recibir tratamiento por las heridas sufridas.
“Mientras luchaba con este perro e intentaba liberar a Zoey de sus fauces, los otros dos perros se lanzaron a la refriega e intentaron agarrar a Zoey como si fuera un juguete e iban a destrozarla”, explicó Faleiro a Reuters.
La variedad XL de la raza american bully se introdujo en Reino Unido en la década de 2010. Es un cruce de varias razas, entre ellas el American Pit Bull Terrier. El tamaño y la fuerza de los perros los han convertido en objetivo de quienes participan en peleas ilegales de perros.
Más de 30.000 american bully XL se han registrado para obtener un certificado de exención que permite a sus propietarios tenerlos bajo estrictas condiciones, como llevar bozal en público y esterilizarlos para evitar que críen.
Los propietarios a los que se sorprenda sin un certificado de exención se enfrentan a multas ilimitadas y hasta seis meses de cárcel.
La Campaña para la Regulación Basada en la Evidencia de Perros Peligrosos (CEBRDD), que apoya la prohibición, dijo que su investigación mostró que el número de víctimas mortales de todos los ataques de perros en Inglaterra y Gales había aumentado de alrededor de tres por año antes de 2021 a alrededor de 10 por año en 2022 y 2023.
La Oficina Nacional de Estadística británica no registra el número de ataques mortales por razas. Mostró 16 muertes causadas por “ser mordido o golpeado por un perro” en 2023.
A partir de las declaraciones de la policía, Reuters pudo confirmar al menos un ataque mortal por un presunto perro american bully XL en 2023. Reuters se puso en contacto con siete víctimas de los ataques denunciados o con sus familiares. De los cuatro que respondieron, ninguno estaba dispuesto a hablar públicamente.
El grupo de campaña “Bullywatch”, a favor de la prohibición, dijo que las experiencias previas de abuso o el miedo a las represalias en línea significaban que no estaban dispuestos a presentar a las víctimas para hablar con los medios de comunicación.
“No culpen a los perros”
Terry Wigzell, que vive con dos american bully XL, dijo que la prohibición apuntaba injustamente a los perros y no a los responsables de la percepción pública de la raza: los dueños irresponsables.
“No se le puede juzgar sólo por su aspecto”, dijo mientras Duke, su perro negro de 20 meses, se estiraba sobre su regazo en el sofá de su casa del este de Londres.
“Cuando le pongo el bozal y lo saco a pasear. Me mira (…) Creo que piensa que le estoy castigando”.
Al anunciar la prohibición en septiembre, el primer ministro describió a los perros como “un peligro para nuestras comunidades, en particular para nuestros niños”.
“Comparto el horror de la nación ante los recientes videos que todos hemos visto”, dijo, refiriéndose a una grabación de un ataque no mortal a una niña de 11 años en una gasolinera de Birmingham.
“Está claro que no se trata de un puñado de perros mal adiestrados, es un patrón de comportamiento y no puede seguir así”.
La mayor organización benéfica británica para el bienestar de los animales, RSPCA, dijo que era necesario tomar medidas urgentes para proteger al público, pero se opuso a la legislación específica sobre razas.
“La raza no es un indicador bueno ni fiable del riesgo de comportamiento agresivo”, afirmó la Dra. Samantha Gaines, experta en bienestar canino de la RSPCA.