Sabemos del protagonismo que mantienen los bancos centrales desde hace varios años y que los inversionistas están atentos a los comentarios y decisiones que se toman. En la actualidad nos encontramos en un ciclo de recortes en las tasas de interés prácticamente en todo el mundo (con pocas excepciones), debido a que la inflación comienza a ceder, aunque lentamente.
Y es justamente este punto el que le da la importancia a los movimientos que han presentado los commodities en las últimas semanas y que pudiera provocar que el proceso desinflacionario sea todavía más lento. Podemos generalizar el desempeño de los commodities utilizando un índice de Bloomberg el cual ha repuntado de manera considerable desde finales de febrero, para el 23 de dicho mes este índice se ubicaba en 95.4 unidades y actualmente alcanza las 103 unidades lo que representa un máximo no visto desde noviembre del año pasado. El movimiento representa una apreciación de casi el 8.0% en un lapso relativamente corto.
Uno de los commodities que destacan por su desempeño es el oro que, de mediados de febrero a la fecha, ha ganado el 16.7%. Este commodity no tiene una incidencia directa en la inflación, pero deja ver de manera muy clara que los inversionistas están recurriendo a este activo de refugio debido a las tensiones geopolíticas y los conflictos comerciales que hay en diversas regiones del mundo. Para nada quiero ser ave de mal agüero, pero en momentos que antecedieron a algún choque financiero se presentó apreciación del oro.
Otro commodity que vale la pena voltear a ver es el petróleo, la referencia WTI cotizaba alrededor de 72 dpb. A inicios de febrero de este año y actualmente se ubica en alrededor de 87 dpb, siendo un máximo desde octubre del año pasado. La apreciación es del 20%. Esta situación si tiene una incidencia directa en la inflación por el encarecimiento de los energéticos y del propio transporte, además que tiene impacto de manera indirecta en otras actividades. Incluso el gas natural se ha apreciado alrededor del 15% en el último mes.
Para poner algunas otras referencias podemos mencionar el cobre que desde finales del año pasado mantiene una tendencia al alza y en lo que va del año se aprecia poco más del 13% y finalmente tenemos el trigo que se aprecia cerca del 10% en el último mes.
El juego de los commodities
Estos ejemplos tendrán un impacto directo en la inflación no subyacente de diversos países, lo que provocará que la inflación general se desacelere de manera más lenta a lo estimado a inicios de año. La apreciación de los commodities puede ser temporal por la ciclicidad del año, lo peligroso sería que la tendencia de apreciación se extienda por varios meses ya que el efecto se traspasaría a la inflación subyacente y pondría en duda los recortes que han realizado algunos bancos centrales en sus tasas de referencia. Sería todavía más peligroso para aquellos países que no han iniciado ese ciclo de recortes.
Como mencioné, la apreciación de los commodities en el último mes no se puede considerar un evento estructural, por el momento, pero enciende las señales de alerta en un periodo de gran tensión financiera debido a la incertidumbre que generan las decisiones de política monetaria y el alto endeudamiento; además que también hay que considerar que este año es altamente activo a nivel político por la cantidad de elecciones que se tienen en diversos países. La apreciación de los commodities se explica principalmente por las tensiones geopolíticas y comerciales, las cuales no se ve que se puedan solucionar en el corto plazo.
Los mercados accionarios globales se mantienen en ánimo de fiesta con un excelente desempeño en el primer trimestre de este año, pero otras clases de activos ya comienzan a resentir los efectos negativos como lo es el mercado de bonos en el que las tasas de interés de mercado están subiendo. Esto lleva a que el dólar se fortalezca frente a otras monedas fuertes por lo que el DXY se ha apreciado alrededor de 1.5% desde inicios de marzo.
En fin, estos eventos pudieran ser transitorios y que el proceso de desinflación se mantenga a lo largo del año para que los bancos centrales sigan con su proceso de normalización monetaria; pero el hilo del cual penden los factores de riesgo es tan delgado, que cualquier efecto adverso pudiera impactar en las expectativas de los inversionistas. Esperemos que esto no suceda, pero hay que estar pendiente.