Reuters.- El papa Francisco, firme defensor de la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente, ordenó la construcción de un huerto solar para cubrir las necesidades energéticas del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Este miniestado, en Roma, alberga la sede de la Iglesia católica mundial y la basílica de San Pedro. Es el país más pequeño del mundo, con sólo 0,44 kilómetros cuadrados.

El pontífice, de 87 años, expresó en un “motu proprio” su deseo de que el huerto solar se construya fuera de los muros vaticanos, en Santa María Galeria, en la periferia noroccidental de Roma.

La zona pertenece al Vaticano y ya alberga un centro de radiodifusión de Radio Vaticano, que también recibirá energía del nuevo huerto solar. El edicto papal no especifica el tamaño del parque ni cuándo estará listo.

“Debemos hacer la transición hacia un modelo de desarrollo sostenible que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, apuntando hacia la neutralidad climática”, dijo Francisco en el documento de dos páginas.

El Vaticano preocupado por el cambio climático

Francisco alertó sobre los peligros y desafíos del cambio climático y sobre la necesidad de reducir el uso de combustibles fósiles en su histórica encíclica “Laudato si” (Alabado seas) de 2015. En ella advirtió que el planeta “empieza a parecerse cada vez más a un inmenso montón de inmundicia”.

El año pasado continuó con la exhortación apostólica “Laudate Deum” (Alabado sea Dios), en la que pidió a los negacionistas del cambio climático y a los políticos rezagados que cambien de opinión, diciendo que no podían pasar por alto las causas humanas o burlarse de la ciencia mientras el planeta “puede estar acercándose al punto de ruptura”.

El papa encargó la construcción del huerto solar al cardenal que gobierna el Estado de la Ciudad del Vaticano y al jefe de APSA, el departamento que gestiona la cartera vaticana y que suele describirse como su banco central.