Reuters.- El presidente ruso, Vladímir Putin, y el chino, Xi Jinping, se reunirán el miércoles en una cumbre de un club euroasiático de seguridad y defensa que Moscú y Pekín consideran un instrumento para contrarrestar la influencia de Estados Unidos y sus aliados.
Putin y el presidente chino han ampliado la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), un club fundado en 2001 con Rusia, China y potencias de Asia Central, para incluir a India, Irán y Pakistán como contrapeso a Occidente.
Putin mantendrá el miércoles una serie de reuniones bilaterales al margen de la cumbre de la OCS que se celebrará los días 3 y 4 de julio en Astaná, la capital kazaja, según informó el Kremlin.
Está previsto que se reúna con Xi, el presidente turco Tayyip Erdogan y los líderes de Azerbaiyán, Mongolia y Pakistán antes de una cena informal ofrecida por el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev.
India informó de que el primer ministro Narendra Modi, a quien se espera en Moscú a finales de este mes, no asistirá. En su lugar, enviará al ministro de Asuntos Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar.
Rusia y China consideran que la OCS, que promueve enfoques comunes ante amenazas externas a la seguridad como el narcotráfico y se centra en contrarrestar cualquier inestabilidad interna, es un medio para proyectar su influencia en toda Asia.
“Los líderes de los países miembros de la OCS debatirán la situación actual y las perspectivas de profundizar en la cooperación multifacética dentro de la organización y mejorar sus actividades”, declaró el Kremlin en un comunicado.
En la cumbre virtual del año pasado, el grupo emitió una declaración en la que criticaba lo que denominaba el impacto negativo de la “expansión unilateral e ilimitada de los sistemas globales de defensa antimisiles por parte de ciertos países o grupos de países”, sin referirse directamente a la expansión de la OTAN y a la ayuda militar occidental a Ucrania.
Asociación “sin límites”
China y Rusia declararon una asociación “sin límites” en febrero de 2022, cuando Putin visitó Pekín, días antes de que enviara decenas de miles de tropas a Ucrania. Desde entonces, Xi y Putin han profundizado su asociación.
Xi y Putin creen que la era posterior a la Guerra Fría, dominada por Estados Unidos, se está desmoronando. Estados Unidos considera a China su mayor competidor y a Rusia su mayor amenaza como Estado-nación. El presidente estadounidense, Joe Biden, afirma que este siglo se definirá por una contienda existencial entre democracias y autocracias.
Estados Unidos considera que Xi y Putin son gobernantes autoritarios que han reprimido la libertad de expresión y ejercido un férreo control en su país sobre los medios de comunicación y los tribunales. Biden se ha referido a Xi como un “dictador” y ha dicho que Putin es un “asesino” y un “loco hijo de perra”. Pekín y Moscú han reprendido a Biden por sus comentarios.
La historia de la OCS se remonta a 1996, cuando se fundó su precursora como forma de coordinar esfuerzos contra amenazas externas como el narcotráfico, y tradicionalmente se ha centrado en combatir cualquier inestabilidad interna.
Bielorrusia asistirá a la cumbre por primera vez como miembro de pleno derecho de la organización, según el Kremlin.
Otros Estados que participan en las conversaciones con el grupo son Arabia Saudí, Baréin, Camboya, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Myanmar, Nepal y Qatar. Se espera que el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, asista a la cumbre de Astaná.