Reuters.- Los dirigentes chinos se comprometieron el jueves a modernizar el complejo industrial del país, expandir la demanda interna y frenar los riesgos de la deuda y del sector inmobiliario, así como a aplicar reformas financieras y fiscales, informaron los medios estatales tras una reunión clave del Partido Comunista.

La información de la agencia oficial de noticias Xinhua sobre la reunión, que se celebra aproximadamente cada cinco años, también afirmaba que Pekín quería mejorar la seguridad social, la sanidad y los sistemas de distribución de la renta e introducir reformas agrarias.

Según el reporte, China “reforzará el papel de los mecanismos de mercado en la economía, creará un entorno de mercado más justo y dinámico y optimizará la eficiencia de la asignación de recursos“. La redacción anterior en los documentos oficiales era que los mercados “desempeñarían un papel decisivo” en la economía. “Se suprimirán las restricciones al mercado, al tiempo que se garantizará una regulación eficaz para mantener mejor el orden en el mercado y remediar los fallos del mercado”, decía la agencia.

En la lectura de la reunión no se especifican los cambios que se aplicarán, pero se afirma que las “tareas” deberán estar terminadas en 2029. Se espera que en los próximos días se publique un documento con planes políticos más detallados, presentados en la reunión a puerta cerrada de cuatro días de los miembros del Comité Central del Partido Comunista, encabezados por el presidente Xi Jinping.

China pisa el acelerador

La reunión, calificada de “trascendental” por los medios de comunicación estatales, se celebra en un momento de dificultades económicas para un número cada vez mayor de chinos en el país y de mayor oposición a las políticas industriales del país en el extranjero.

El comunicado volvió a hacer hincapié en la búsqueda de “nuevas fuerzas productivas”, un término acuñado por Xi el año pasado que prevé la investigación científica y los avances tecnológicos que podrían modernizar la industria manufacturera e iniciar una nueva era de alto crecimiento.

“Mejoraremos las instituciones y los mecanismos para fomentar nuevas fuerzas productivas de calidad, en consonancia con las condiciones locales“, dijo.

La segunda economía mundial creció a un ritmo más lento de lo esperado en el segundo trimestre, apoyándose en gran medida en la producción industrial y la demanda externa, mientras que el sector inmobiliario, afectado por la crisis, y el consumo de los hogares siguieron decepcionando.

China se comprometió a resolver el creciente desequilibrio entre los elevados niveles de inversión y producción y la tibia demanda hace más de una década en un pleno similar. Sin embargo, en lugar de dirigir los recursos hacia los consumidores, volcó el dinero en las infraestructuras y el sector inmobiliario, acumulando deuda a un ritmo insostenible. El comunicado del jueves reiteró que China quería “expandir activamente la demanda interna”.