Reuters.- Los productores de champán en Francia pidieron el viernes un recorte en la cantidad de uva cosechada este año después de que las ventas del vino cayeran más de un 15% en la primera mitad del año, debido a que los clientes se apretaron el cinturón en medio de un panorama económico incierto.

Los envíos de champán en el primer semestre de 2024 alcanzaron los 106,7 millones de botellas, un 15,2% menos que el nivel particularmente alto registrado en el mismo periodo de 2023 y más cerca del nivel de 2019.

“La sombría situación geopolítica y económica mundial, así como la inflación generalizada, están lastrando el consumo de los hogares. El champán también sigue sufriendo las consecuencias del exceso de existencias de los minoristas en 2021 y 2022″, dijo David Chatillon, presidente del lobby Union des Maisons de Champagne (UMC), en un comunicado emitido por la asociación de productores y comerciantes, el Comité Champagne.

El reto para la industria del champán

El comité señaló que la cosecha de este año en la Champaña se había visto afectada por las malas condiciones meteorológicas desde principios de año, incluidas heladas y tiempo húmedo que aumentaron los ataques del hongo mildiú en sus viñedos. Fijó en 10.000 kilos por hectárea el rendimiento máximo de uva que se puede cosechar, frente a los 11.400 kg/ha de 2023.

A diferencia de otras producciones vinícolas, la mayoría de las botellas de champán son una mezcla de varias añadas, utilizando existencias de años anteriores. Estas existencias se reponen durante los años buenos y pueden compensar las malas cosechas.

No es la primera vez que la región sufre graves pérdidas por una combinación de heladas y daños causados por el mildiú. En 2021, el rendimiento se redujo un 25% con respecto a la media quinquenal, y la cosecha cayó a su nivel más bajo en 35 años.

Se espera que la recolección comience en torno al 10-12 de septiembre, como media. A diferencia del año pasado, el comité no dio previsiones de ventas y exportaciones para todo el año.