Por Roberto Aguilar

Banco Mundial

Cuando la realidad alcanza a los mercados

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En los últimos días se ha vivido mucha turbulencia en los mercados financieros, los motivos son diversos y entre lo más relevante se encuentra la escalada del conflicto en Medio Oriente, reportes trimestrales de empresas con gran peso que estuvieron por debajo de estimados y datos laborales débiles en Estados Unidos.

Todos estos factores tienen su peso relativo en el actual pesimismo; pero si debemos destacar algún evento, hay que voltear a ver lo que está pasando en Japón. Hay que recordar que prácticamente todo el mundo inició un ciclo de aumentos en las tasas de interés por los choques inflacionarios después de la pandemia; una excepción de esto fue Japón y es que lleva varias décadas con inflación sumamente baja, lo que le ha permitido tener tasas de interés de cero o incluso en terreno negativo.

Esto impulsó uno de los conceptos que se ha puesto de moda en los últimos días (carry trade), pero que es una actividad que se realiza de manera común entre los participantes del mercado global; en términos simples, el carry trade implica pedir prestado a una tasa de interés baja (en este caso Japón tenía un costo financiero prácticamente de cero), esos recursos llevarlos a un país donde la tasa de interés sea más alta (pongamos de ejemplo a México) e invertirlos; así ganamos de los diferenciales de tasas de interés. El riesgo de dicha actividad viene del tipo de cambio ya que, si la moneda del país de destino se deprecia, la pérdida cambiaria puede ser mayor que los intereses ganados.

El peso mexicano ha sido una de las monedas favoritas de los inversionistas internacionales en los últimos años debido a la alta tasa de interés que se paga, además que se mantenía cierta estabilidad en la economía y las finanzas públicas. Es por eso por lo que el MXN se apreció considerablemente en los últimos dos años.

Pero el mundo está cambiando y la inflación en Japón se ha mantenido por encima del 2.0% lo que provocó que el Banco Central de Japón aumentara la tasa de referencia por primera vez desde antes de la crisis financiera de 2008-2009. El aumento fue de 0.25% lo que pudiera parecer nada significativo, pero que ha tenido un impacto profundo en los mercados globales.

Muchos operadores japoneses o que tienen sus reservas en yenes han decidido liquidar algunas operaciones extranjeras lo que ha generado un efecto de sell off o una venta masiva de activos financieros riesgosos. Aquellos que veían el carry trade como una buena estrategia, comienzan a poner en duda los beneficios que se tendrán a futuro debido al efecto de contagio que se está generando. Veamos, el diferencial de tasas entre Japón y México es casi de 10.5% (bastante alto), pero de mediados de julio a la fecha, el peso se ha depreciado más de 20% respecto al yen; quiere decir que el balance por hacer carry trade ya no funcionó para aquellos que no liquidaron posiciones a tiempo, de hecho, ya incurren a pérdidas. Las expectativas apuntan a que el Banco Central de Japón continuará aumentando la tasa de referencia lo que pudiera generar que esta liquidación de posiciones extranjeras se mantenga. Lo llamativo de los últimos días es la rapidez con la que se generaron las liquidaciones.

Es una realidad que el aumento de la tasa de Japón puede tener un impacto marginal en la economía (la tasa de interés sigue siendo muy baja), y muchos operadores internacionales aprovecharán los actuales movimientos para seguir haciendo carry trade. Pero lo sucedido en los recientes días es un indicativo de que se están generando cambios estructurales en las finanzas globales.

La acción que realizó el Banco Central de Japón marca el final de una era que se caracterizó por tasas inflacionarias sumamente bajas, lo que permitió que las tasas de interés se mantuvieran bajas para financiar la inversión en activos riesgosos. Para nada estoy diciendo que esta empezando una crisis financiera (todavía faltan señales para eso), de hecho, creo que el mercado está sobre reaccionando a la abundante información que se presentó la semana pasada. Pero lo que sí es una realidad es que se terminó la época en que hacer dinero en los mercados financieros fue fácil. Estos cambios estructurales tienen sus efectos en los precios de activos financieros con riesgo como pueden ser las acciones, las criptomonedas y monedas de mercados emergentes. El mercado se ajustará a la nueva narrativa lo cual puede llevar varias semanas o meses, pero mientras no se presenten efectos de segundo orden o que se pasen a la economía real, podemos decir que estos movimientos son transitorios. Las alertas están encendidas y hay que estar pendientes ahora sí, del desempeño económico global.

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