Por: Angélica Cerón, directora general de educación continua de UVM for Business.
La desocupación laboral es uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta México. A medida que la economía global evoluciona y las tecnologías avanzan, la necesidad de una fuerza laboral bien equipada y adaptable se vuelve más crítica que nunca. En este contexto, la educación continua se presenta como una solución efectiva para reducir la tasa de desempleo en el país.
Recordemos que, tan solo en 2023, la tasa de desocupación en México fue del 3.5%, cifra que esconde disparidades entre sectores y regiones. La falta de habilidades adecuadas para los empleos modernos es una barrera importante que muchos trabajadores enfrentan. La educación continua, que incluye cursos de actualización, certificaciones y programas de especialización, puede abordar este desajuste entre la oferta y la demanda de habilidades.
Por su parte, el Banco Mundial sugiere en un estudio que la productividad laboral en México podría aumentar hasta un 20% con la implementación de programas de educación continua. Esta mejora en la productividad se traduce directamente en una mayor capacidad de las empresas para crecer y, en consecuencia, en la creación de más empleos. De la misma forma, la OECD indica que la constante preparación de los colaboradores —con habilidades relevantes y de alta demanda— podría reducir la tasa de desempleo en México en un 15%.
Es necesario implementar programas de educación continua
La Asociación Mexicana de Capacitación Empresarial (AMCE) reporta que los trabajadores que participan en programas de educación continua tienen un 50% más de probabilidades de encontrar empleo en comparación con aquellos que no lo hacen. Esta cifra subraya la importancia de la capacitación constante para mejorar la empleabilidad de los individuos. En un mercado laboral donde la tecnología y los métodos de trabajo están en constante cambio, mantenerse actualizado es fundamental para asegurar un empleo estable y bien remunerado.
Las empresas que invierten en la educación continua de sus empleados también ven beneficios significativos. Según la Cámara de Comercio de México, las organizaciones que ofrecen programas de capacitación continua experimentan una reducción del 40% en la rotación de personal. Esto no solo mejora la estabilidad laboral, sino que también reduce los costos asociados con la contratación y formación de nuevos empleados.
El gobierno mexicano también reconoce la importancia de la educación continua para combatir la desocupación. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ha implementado diversos programas y subsidios para fomentar la capacitación y el desarrollo profesional. Estos esfuerzos buscan cerrar la brecha de habilidades y preparar a los trabajadores para los desafíos del futuro.
En conclusión, la educación continua es una herramienta poderosa para reducir la desocupación laboral en México.
Al equipar a los trabajadores con las habilidades necesarias, se mejora la empleabilidad y se impulsa la productividad del país. Empresas, gobierno y trabajadores deben colaborar para fomentar una cultura de aprendizaje permanente, que no solo beneficie a los individuos, sino también al desarrollo económico y social de México.