Warren Buffett acaba de cumplir 94 años y vale la pena recordar una de sus frases: “La bolsa es un mecanismo por el cual se transfiere dinero del impaciente al paciente”. Es bien sabido que este gurú de las inversiones basa su metodología en la teoría del valor, invirtiendo en emisoras que se muestran subvaluadas y esperar; justamente su principal virtud es tener paciencia, algo que es sumamente complicado en el mercado de valores debido a que es un sistema caótico en el que segundo a segundo se presentan movimientos de los activos. Para los participantes del mercado es muy difícil mantener dicha paciencia por toda la información que va surgiendo a cada momento.
No hay que confundir paciencia con complacencia, lo que nos enseña Buffett es que se debe realizar un análisis exhaustivo de la empresa en la que se quiere invertir, lo importante es conocer la situación financiera y sus expectativas de crecimiento para que la acción genere rentabilidad en el tiempo.
La metodología de Buffett apunta a una gestión activa en donde lo más importante es determinar el valor intrínseco de una acción. Esto lo podemos ligar con la eterna discusión respecto a si es mejor una gestión activa o pasiva de las inversiones; ambos lados tienen sus pros y contras respectivos. Por ejemplo, los inversionistas en EUA argumentarán que el indizar una inversión ha sido la mejor manera en los últimos 6 años (ya se imaginarán porqué hago el balance de los últimos 6 años), y es que el S&P 500 ha generado un retorno acumulado de 108%, mientras que el tecnológico Nasdaq ha generado el 180%. En este caso, alguien que ha sido paciente ha visto aumentar su patrimonio de manera importante.
La paciencia en el mercado mexicano
Pero qué pasa con mercados que han estado estancados; me refiero al mercado accionario mexicano el cual ha generado apenas el 11% nominal en el mismo periodo. Si consideramos una inflación acumulada de más de 30% en el periodo, se tiene una pérdida real de 15%.
Pero ¿por qué si EUA y otras regiones han crecido tanto, nuestro mercado accionario pierde?, la respuesta es muy sencilla: las expectativas sobre el crecimiento de las ganancias de las empresas mexicanos son limitadas; es decir, el potencial de rentabilidad no es atractivo.
Hay diversos factores que llevan a generar esta idea, desde los sectores en que se encuentra la mayoría de las emisoras mexicanas (sectores tradicionales), hasta aspectos políticos que generan incertidumbre. Es increíble que, en los últimos siete años, no podamos salir de la franja de los 50,000 puntos en el IPC. Dicho desempeño se convierte en frustración por lo que los inversionistas locales deciden buscar opciones de inversión en el extranjero; por esto es por lo que el SIC ha crecido de manera acelerada en los últimos años llegando a superar por momentos el monto operado en el mercado local.
Pero dejando esta frustración de lado y recordando las enseñanzas de Buffett, hay que volver a las bases. A pesar del estancamiento general del mercado accionario mexicano ha habido algunos destellos individuales de emisoras que han generado retornos considerables. Un caso son los grupos aeroportuarios, GAP acumula una ganancia de más de 90% en los últimos seis años, CHDRAUI acumula un sorprendente 225% y GCARSO un 78%. No son los rendimientos que han generado acciones tecnológicas de EUA, pero para nada se desprecian estos retornos. Es una realidad que hay muchas otras emisoras mexicanas con muy buenos fundamentales, pero que no se ve reflejado en el precio de mercado, incluso esto ha llevado a que muchas emisoras decidan deslitarse.
Se debe tener paciencia en el mercado de valores, eso es un hecho, sobre todo con empresas que tienen alta capacidad de crecimiento; así nos lo ha demostrado Warren Buffett. Pero también es importante considerar los retos que enfrenta un mercado desde un punto de vista general, cuando el riesgo es sistémico se deben tomar precauciones y ajustar nuestros modelos de manera más estricta. Y si de plano no hay muchas opciones de inversión en el mercado local, siempre tendremos el SIC.