Algunos inversionistas utilizan la ciclicidad para aumentar o disminuir exposiciones de riesgo en sus portafolios de inversión; uno de los meses en que se refleja esta situación en mayor medida es septiembre el cual es históricamente negativo para las bolsas.
El retorno promedio de dicho mes para el S&P 500 es de -1.2% y considerando solo años electorales el retorno es de -0.5%. Los factores que explican esta situación van desde el regreso de vacaciones de verano de muchos administradores de portafolios globales, lo que provoca un aumento del volumen; el cierre trimestral fiscal y la reestructura de portafolios de cara al cierre del año, lo que provoca la toma de utilidades en activos con ganancias acumuladas en los primeros tres trimestres; también se pueden considerar aspectos psicológicos.
La primera semana de septiembre está cumpliendo con la ciclicidad mencionada y es que el S&P 500 perdió 4.27%, mientras que el Nasdaq pierde 6.0%. Los factores específicos que generan estas pérdidas tienen que ver con algunos datos económicos que se publicaron en EUA y que reflejan desaceleración. Esto fue suficiente para que los inversionistas activarán su modo vendedor.
No sabemos si el acumulado del mes será negativo para cumplir con la estadística (hay que recordar que agosto de este año también comenzó muy negativo, pero posteriormente se recuperó), es claro que se debe tomar precaución en un mercado que viene de máximos históricos, hasta el cierre de agosto el S&P acumulaba una ganancia de 18.5% en el año; es lógico que los administradores quieran asegurar las fuertes ganancias y esperar a ver lo que sucede.
En las próximas semanas se tienen varios eventos que pueden mantener la volatilidad alta en los mercados; por ejemplo, esta semana se tienen el debate presidencial en EUA, para la siguiente semana se tiene la reunión de la FED en la que se estaría recortando la tasa de referencia por primera vez desde que inicio el ciclo alcista. Pero tampoco olvidemos que el proceso electoral en EUA será feroz desde finales de septiembre y a lo largo de octubre.
Un septiembre con más cautela
Todo apunta a que los administradores de carteras deberán ser más cautelosos en lo que resta del año por las señales de desaceleración económica y que pudieran impactar en las ganancias de las empresas listadas. Uno de los indicadores más importantes es la curva de rendimientos (el diferencial de tasas entre las referencias de los bonos de 10 y 2 años en EUA), apenas el viernes pasado se tornó positiva; es decir, el rendimiento del bono de largo plazo es mayor al de corto.
Hay que recordar que desde mediados de 2022 la curva se mantenía invertida y lo que nos estaría reflejando la actual normalización es que los mercados estiman que la Reserva Federal comienza un ciclo de recortes en la tasa de referencia, pero también refleja las expectativas de desaceleración económica. Esta cautela se confirma con el fortalecimiento de monedas fuertes o de resguardo, el oro que se mantiene cerca de máximos históricos y la rotación a sectores más defensivos.
Esta de más mencionar el aumento del riesgo en el mercado accionario mexicano y es que las discusiones sobre la Reforma al Poder Judicial, entre otras; a provocado pronunciamientos delicados sobre el impacto que pudieran tener en la economía y en la confianza sobre el país. Debido a esta situación el IPC cerró en 51,083 puntos el pasado viernes lo que representa mínimos que no se veían desde noviembre del año pasado.
Septiembre es un mes que nos encanta a los mexicanos por las fiestas patrias, pero que a los mercados financieros globales no les cae muy bien. Una frase que refleja la ciclicidad de este mes es: “September is when leaves and stocks tend to fall”.