El juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Alexandre de Moraes, ha levantado los bloqueos impuestos a las cuentas de Starlink y X (anteriormente conocida como Twitter), tras recibir una transferencia de 18.35 millones de reales (aproximadamente 3.31 millones de dólares).
La cantidad fue transferida a las arcas nacionales de Brasil como parte del pago de multas impuestas a X, en el marco de una disputa legal entre el multimillonario Elon Musk y el juez Moraes.
El levantamiento de los bloqueos se produjo después de que se confirmara que la suma transferida cubría la totalidad de las multas adeudadas por X al país. Estas sanciones surgieron en medio de un prolongado conflicto legal entre Musk y el Supremo Tribunal Federal de Brasil.
En agosto, Musk había anunciado el cierre de las operaciones de X en Brasil, acusando a Moraes de actuar como un “dictador” y de censurar su plataforma. Esta afirmación se enmarca en una serie de medidas judiciales impuestas por Moraes, quien había ordenado anteriormente el bloqueo de cuentas relacionadas con figuras influyentes de los movimientos ultraconservadores en Brasil, muchos de ellos simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro.
Brasil en disputa con Elon Musk
Las tensiones entre Musk y el sistema judicial brasileño se han intensificado desde los intentos de desacreditar el sistema de votación electrónica durante las elecciones presidenciales de Brasil, en las que el candidato izquierdista Lula da Silva derrotó a Bolsonaro. En abril, se reveló que algunos usuarios de las cuentas bloqueadas habían logrado eludir las restricciones impuestas por la justicia.
Además, Musk se enfrenta a una investigación judicial en Brasil por presuntamente estar vinculado a las llamadas “milicias digitales”, una red de desinformación que, según las autoridades, fue financiada con recursos públicos durante la presidencia de Bolsonaro.
Mientras, Moraes acusa a X de incumplir órdenes judiciales, Musk defiende que las exigencias del juez violarían leyes no solo de Brasil, sino también de otros países. Este conflicto sigue siendo una de las mayores tensiones entre el sector tecnológico y el sistema judicial brasileño.